9 de julio de 2009

Retratos zurdos (3)

Tengo una capacidad de discriminación racial casi nula. Y la afirmación valdría casi por igual para las dos acepciones de la RAE de la palabra discriminar, pero me refiero más en esta entrada a la primera, a la de seleccionar excluyendo, a la de diferenciar. Me cuesta mucho diferenciar entre japoneses, chinos, coreanos... Y lo mismo me pasa con los sudamericanos y los centroamericanos. De África, ya ni hablo. Quizás tenga que ver con que yo tengo una cara rara que hace que la gente me sitúe en muchas latitudes del mundo menos en las españolas.
El caso es que me he sentado en el metro frente a un americano del sur o del centro. No sé de qué país en concreto, pero por su corpulencia podría ser de todos a la vez. Enorme. Llevaba unas bermudas en las que cabrían dos marianos completos. Y unas gafas de sol de Emporio Armani que a mí me servirían para ocultarme del sol 360º en todas las direcciones. La gorrita con visera, que no falte (y digo gorrita con sorna, porque más bien parecía una tienda de campaña de las del ejército). Pero si llamativo era su tamaño, nada comparado con su capacidad de prospección nasal. Vamos, que me he sentado enfrente del campeón mundial de los superpesados en la modalidad de sacarse mocos de la nariz. Campeón por su tenacidad y por su capacidad de penetración, porque en un concurso de velocidad hubiera llegado el último; si hubiera conseguido llegar, claro. Desde que se ha sentado hasta que se ha levantado ha estado persiguiendo a un moco rebelde que no quería salir ni con fórceps. Lo mismo era un simple tic y no había moco, sino hábito. El caso es que el grandullón ha estado entretenido durante varias paradas, mientras que otros escuchaban música, otros más hacían sudokus, unos cuantos se dedicaban a contemplar el túnel pasar (la vida pasar) y, los menos, leían esa cosa llamada libro. Amparado en el parapeto de sus enormes gafas de sol, o simplemente por ausencia de pudor, se afanaba sin disimulos y con dedicación. He fantaseado con la extracción del moco: con su tamaño desmesurado que serviría para llenar unos cuantos tarros de blandiblú, con la ola que hubiéramos hecho los espectadores ocasionales ante tal magno logro. Pero nada, mi gozo en un pozo y el moco en el suyo.
La casualidad, o el gran arquitecto del mundo, ha hecho que se sentara a su lado un pajarito, una mujer de unos ochenta años, de unos treinta quilos y de una altura que no superaba la de su bastón. Pequeñita y muy nerviosa. No paraba quieta, sus brazos parecían molinillos en una estepa azotada por un vendaval. Se ha recolocado la falda en apenas cinco minutos tantas veces como lo podría hacer otra mujer en toda una vida. Cada poco tiempo miraba hacia la montaña, y serán imaginaciones mías, pero me ha parecido que ardía en deseos de ayudar al americano en su búsqueda. No he querido mal meter, pero los alfileres de la anciana hubieran sido más útiles que las morcillas de Burgos que tenía por dedos nuestro amigo-continente.
Primero se ha bajado él, impertérrito, con movimientos mastodónticos y sin abandonar por un segundo su yacimiento. Después se ha bajado ella, eléctrica, saltarina, reajustándose la falda a ritmo de cinco veces por paso.
Los nuevos ocupantes, anodinos, no han llamado mi atención, así que he seguido leyendo Lo raro es vivir de Carmen Martín Gaite.

16 comentarios:

wen- dijo...

Igual un día me enseñas o aprendo a observar así a la gente en el metro.... yo es que voy con mi capa de invisibilidad y claro, no sólo no se ve de fuera para dentro, de dentro para fuera tampoco.... pequeño inconveniente... sip.

maite dijo...

pero como? no llevas la cámara en el bolso? aiiisssss
besos

Jove Kovic dijo...

Recuerdo a un profesor de Derecho Civil, que tenía a bien ir comiendo moquitos durante las clases, para regocijo de algunos y náuseas de una mayoría desafecta a las tradiciones punkis.
Salud. Petonets/assos!

Belén dijo...

Jo, me has recordao a David, un compi del cole que se lo pasaba en grande sacando mocos, eso si, esté si los sacaba y te los enseñaba...

Ayer me senté en la sala de espera de un médico de mi curro con una paciente y estuvimos observando...

Madre mía, qué de cosas se ven :)

Besicos

Amando Carabias dijo...

¿Y si no era un moco? ¿Y si era cualquier otra sustancia, cosa o animal...? A juzgar por lo que cuentas, allí dentro hubiera cabido de casi todo. Lo mismo en vez de querer sacar, quería meterse alguna idea respirada en el ambiente, por vía nasal. Lo de la viejita me parece maravilloso, qué vitalidad, qué envidia... Pero en realidad yo no venía a esto, sino a decir que el libro que estás leyendo -al menos mientras vas en metro- en su día me encandiló.

Irreverens dijo...

"Pero nada, mi gozo en un pozo y el moco en el suyo."
¡jajajajaja!
XDD

Chico, es que bordas los retratos.
:)

Besotes

Raúl dijo...

Mariano, un día, alguno de los modelos de tus retratos te va a pillar mirando con cara de sesudo y curioso analista -vamos, de voyeur- y vamos a tener un altercado.

El otro mariano que cabría en la bermudas del tipo corpulento dijo...

Los negocios y los viajes en metro suelen tener eso, que hacen extraños compañeros de cama.

Elena Casero dijo...

¡qué asco¡

Besitos

Alena.Collar dijo...

Jajajaja....jajajaaj..ay que me está dando la risa tonta, carape y no puedo ni escribir.
De verdad que alegras el día, caramba.
Yo tenía un profe que era peor, se dormía en clase, y seguía murmurando como si dijera algo con sentido. Era curiosísimo...
Todo el mundo alucinando y el : "mmm...jrjr..bibe, entonces..."
Era un espectáculo.
Anúnciote visita luego.
Ea

Anónimo dijo...

Joder, ¡terriblemente gráfico!. Buen post y genial visión, me encanta tu perspectiva ;) ¡Un abrazo!

Lidia dijo...

jajajjajaja, qué bueno. De acuerdo contigo: con dedos como morcillas es imposible encontrar un amiguito. Los alfileres de la mujer lagartija le habrían sido mucho más útiles, jaj.
Me ha encantado la descripción. Te imaginaba perplejo de reojo y alucinado.

Un besito desde los charcos.

Ayúdanos, ¡gracias! dijo...

La Obra Social de Caja Madrid ha puesto en marcha una plataforma de blogs para ONG. El objetivo es que hagan llegar sus proyectos, sus logros, su trabajo a la sociedad y que cuenten cómo es su día a día. Así mismo, han creado una Convocatoria de Premios, con seis categorías y en cada una de ellas se concederá un premio de 2.600 euros. Además las personas usuarias podrán elegir su blog y proyecto favorito, que recibirá un premio de 1.000 euros.



Médicos del Mundo Comunidad de Madrid ha creado su blog dentro de la mencionada plataforma. Os animo a que entréis de vez en cuando en la siguiente página

http://www.estaestuobra.es/medicosdelmundo/

Es interesante y en el mismo explicamos el proyecto de “Mejora de la situación de las salud en personas que ejercen prostitución” subvencionado por la Obra Social durante 2009.



Además de facilitaros esta información, os invitamos a dejar vuestros comentarios, sugerencias, etc. y por supuesto, a votar por el blog de Médicos del Mundo.

Anónimo dijo...

yo no voy a ir jamás nunca más de nunca en el metro! Aunque el pajarito este me ha gustado mucho.
Bss

leo dijo...

Un buen retrato. Pa habennos matao.
Besosss

Raquel dijo...

Muy bueno el relato. Coincido con Irreverens, bordado. Sí que sí