Simba y Bigotitos

Pues sí queridos amiguitos y queridas amiguitas con vuestros respectivos miembros y miembras. Un periodo vacacional más me toca cuidar de las mascotas de mi sobrina. Nunca debí decirle que de pequeño me fascinaban los programas de Félix Rodríguez de la Fuente, hombrepordios, que ahí estuve muy poco hábil. En vez de eso, tenía que haberle relatado, regodeándome en los pasajes más truculentos, todos los episodios de la serie UVE. Pero no, yo es que con mi sobrina me ablando y así me va…
Si la primera vez tuve que cuidar a Bolita (caracol que en paz descanse que daba poca lata, todo sea dicho), la segunda me hice cargo de Simba (hámster ruso). Bueno, pues este verano vuelvo a cuidar de Simba, pero para mi “regocijo” viene acompañada de Bigotitos, otro hámster ruso que tiene como diversión favorita escaparse de la jaula y construirse nidos con todo lo que pilla en los rincones más recónditos que encuentra. La semana pasada decidió que la alfombrilla del cuarto de baño era de un material excelente para su nuevo hogar, y peregrinó por la pasillo ene veces hasta que encontró su rincón confortable. Lo malo fue el disgusto de mi sobrina cuando llegó a casa y vio la jaula de Bigotitos sin… Bigotitos. Me llamó por teléfono hipando, triste y desconsolada porque no le encontraban.
Y joder, qué queréis que os diga, que ahora mismo sólo tengo una pesadilla recurrente que se une a mi alergia para no dejarme dormir a pierna suelta. Y es que llamo yo a mi sobrina por teléfono, hipando, por supuesto, para decirle que la jaula de Bigotitos está sin…