Entrada-apuesta-reto nacida por un exceso cervecero en la susodicha fiesta blogosférica. Frase propuesta por el simpar Simpulso y reto recogido por mi menda lerenda y, si mal no recuerdo, por los amigos Deprisa y Hastaloscojones. Si alguno de ellos recoge el guante, enlazarelos para que podáis disfrutarlos, hombrepordios...
-Repite conmigo, «Tengo los huevos como un camión de siete ejes» -le decía ella, templada y contundente, con una voz y una prosodia mezcla de José Sacristán y Nuria Espert.
-¿Pero cómo quieres que repita eso? Ni soy capaz ni serviría para nada –contestaba él con la mirada perdida en su propio pozo, el mismo en el que se ahogaba su hilo de voz.
-Quiero que te lo repitas una y otra vez, una y otra vez, cada vez más despacio, en cada ocasión con más peso. Hasta que salga cada sílaba con más fuerza por tus ojos y por tus poros que por tu propia boca. Y cuando llegues allí y le tengas delante, respira hondo, atraviésale con tu mirada y remátale con un simple y fulminante «Tengo los huevos como un camión de siete ejes» -insiste ella sin el menor atisbo de duda.
-No podré, sabes de sobra que no podré… -se lamenta él
Ella rondará los cincuenta. Está tan bien operada que parece que no tiene ni un mínimo empaste. Tacones de aguja firmemente clavados en el suelo, que sostienen dos anacondas de seda que explotan en unos exuberantes senos que compiten en un eterno empate técnico con unos labios perfectos y unos ojos insuperables. El lenguaje no verbal de su melena redunda en el mensaje firme, sin suavizarlo, pero haciéndolo más llevadero. Ropa, segunda piel necesaria para salir a la calle, pero absolutamente insuficiente.
-Repite conmigo, «Tengo los huevos como un camión de siete ejes» -le decía ella, templada y contundente, con una voz y una prosodia mezcla de José Sacristán y Nuria Espert.
-¿Pero cómo quieres que repita eso? Ni soy capaz ni serviría para nada –contestaba él con la mirada perdida en su propio pozo, el mismo en el que se ahogaba su hilo de voz.
-Quiero que te lo repitas una y otra vez, una y otra vez, cada vez más despacio, en cada ocasión con más peso. Hasta que salga cada sílaba con más fuerza por tus ojos y por tus poros que por tu propia boca. Y cuando llegues allí y le tengas delante, respira hondo, atraviésale con tu mirada y remátale con un simple y fulminante «Tengo los huevos como un camión de siete ejes» -insiste ella sin el menor atisbo de duda.
-No podré, sabes de sobra que no podré… -se lamenta él
Ella rondará los cincuenta. Está tan bien operada que parece que no tiene ni un mínimo empaste. Tacones de aguja firmemente clavados en el suelo, que sostienen dos anacondas de seda que explotan en unos exuberantes senos que compiten en un eterno empate técnico con unos labios perfectos y unos ojos insuperables. El lenguaje no verbal de su melena redunda en el mensaje firme, sin suavizarlo, pero haciéndolo más llevadero. Ropa, segunda piel necesaria para salir a la calle, pero absolutamente insuficiente.
Él ya no cumplirá los dieciocho pero se aferra a ellos como si el diecinueve fuera sinónimo de fin. Un traje demasiado planchado para un cuerpo tendente a tocar el acordeón. Un traje que siempre será dos tallas más, o un cuerpo que siempre será varios purés de lentejas menos. Una voz blanca colgando de una nuez protuberante. Espinillas pugnando en densidad por una barba recién rasurada que ya grisea su cara.
Ella le coge las manos a él, transmitiéndole la fuerza de la tierra que sube por la aguja de sus tacones; fuerza que llega a él en forma de réplicas de terremoto. Ajenos al resto del vagón del metro (el resto del vagón del metro sólo vive para atenderles) repiten a dúo como en un mantra siniestro, «Tengo los huevos como un camión de siete ejes, tengo los huevos como un camión de siete ejes, tengo los huevos como un camión de siete ejes, tengo los huevos como…».
Cada pasajero tiene al menos dos hipótesis, una por oreja. Se miran unos a otros, compartiendo o disintiendo, mientras ella sigue con su arenga y él sigue convencido de su impotencia y de la ineficacia.
-No podré, no me obligues a ello, por favor. Él me noqueará sin necesidad de tocarme, acabará con mi carrera sin ni siquiera llegar a estampar la firma. No puedo, no puedo, no puedo… -se hunde, se encoge, desaparece dentro de su traje demasiado grande y demasiado planchado.
El resto del vagón del metro contiene la respiración creando el vacío, corriendo cortinas de vaho en las ventanillas para que el desenlace quede en el interior del vagón, para que ni la negrura del túnel tenga constancia de él.
-«Tengo los huevos como un camión de siete ejes.» Si fuiste tan valiente de decírmelo al oído mientras me penetrabas en la cocina, con mi marido, tu jefe, aún convaleciente en la habitación de al lado, ten el coraje de enfrentarte a él y de decirle en medio de la reunión, «Tengo los huevos como un camión de siete ejes», sin que venga a cuento y sin reírte.
35 comentarios:
Cuando me ha aparecido esta entrada en la lista de blog que sigo, me he asustado.
Digo: "Al mariano se le ha ido la pinza" XD
¡ A esto te dedicas por las noches, cuando me dices que te vas a trabajar! ¡ Pero vamos, hombre! ¡ Verdad es que los tienes como un camión de siete ejes!
Por cierto, ¿ no conocerás a algún editor decente interesado en publicar poesía maldita y recetas de cocina?
¿Has dicho "penetrabas"? Eres un guarro. Pero un guarro con palabra (mancantao).
Jodidas cervezas (quién me mandará a mí...)
¿Puedo?...
Con permiso:
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-Tengo los huevos como un camión de siete ejes- le dijo con su voz más profunda y ronca mientras se acercaba decidido y hasta contumaz-.
La perrita pekinés salió corriendo, rabito entre las piernas, mientras mi cojito perro bajó el suyo, y me miró.
-¿Ves?... ni por esas funciona...
A mí m'ha despistao el título: "Tengo con..." Creí que la entrada versaría sobre un extranjero intentando pronunciar la frasecilla de marras.
Y parecía tonto, el chaval, eh.
XDD
Pues eso, pero para lo que sirve.
¡Con dos pelotas!
¡A joder al jefe!
y en su defecto a su santa...
¡Con dos pelotas!
¡A joder al jefe!
y en su defecto a su santa...
¡Con dos pelotas!
¡A joder al jefe!
y en su defecto a su santa...
Hola. Te he leido con simpulso.
Jejee.. No esperaba ese final. De hecho, al inicio del relato no entendía nada, luego, el final me encanto. Pero, una pregunta ¿Los ejes son redondos o cuadrados? Jijiii
Sin querer ser entrometidamente atrevida ¿puedo entrometerme en el reto de relatos?
Jajajajajaja!!!!! Buenísimo Mariano. Además veo que, pese a los "excesas cerveceros" de una noche de jueves- en la que, por cierto, os ví bastante serenos- habéis cumplido las expectativas, y con creces. ¡Vamos como un camión de siete ejes!
Un beso. :) Reina
Me parece que se le está pegando a usted algunas cosillas que aparecen en blogs de mal vivir, sin ir más lejos, como el mío.
No se me estropee... don Mariano.
Vuelva usted a su andén...
Haga el favor de autoeditarse el título a la voz de ya, señor editor, y corrija ese “con” que m´ha despistao sobremanera en la lectura de su post, sea cual sea el tamaño de las gónadas masculinas en el brillante texto referidas.
Más que nada por tocarle un poco a usted los ejes.
Estilografic, corregido. Menos mal que entre todos hay alguno que me lee de verdad, jajajaja
A los demás, gracias por las aportaciones presentas y futuras, que serán bienvenidas.
Besitos/azos.
JAJAJJAJA, cojonudo.
Me ha encantado.
Está claro que eres un hombre de palabra mariano... en el sentido más amplio además :D
Muy buen retrato como siempre, he viajado en ese vagón y he contenido la respiración,salvo ( que no me creo mucho) el topicazo de la mujer estupenda que pasa los 50 y que obviamente si viaja en tu metro tiene que estar operada, cosa que hace plantearme...podrémos seguir estupendas llevando tacones de aguja que sostienen nuestras todavía turgentes columnas y pechos de 90 que aun desafían la "pueba del boli" a los 50 sin operación alguna?...
Tremendo y como se te ocurren estas cosas... pues yo me he reido y mazo¡¡¡¡
Jajajajja Bien llevado. No era facil dar como meter la frase sin que quedara mal
Me ha gustado el final. Sorprendente y me he echado unas risas.
Te dejo el enlace al nuestro en Deprisa:
http://deprisa-deprisa.blogspot.com/2009/10/tengo-los-huevos-como-un-camion-de.html
Vaya, leyendo el tuyo y el nuestro de Deprisa creo que me he desviado un poquillo del tema, pero estar está: http://ehselhombredelasonrisaeterna.blogspot.com/2009/10/tengo-los-huevos-como-un-camion-de.html
Por cierto, el tuyo es cojonudo, pero cojonudo con sus siete ejes.
Ehse de Deprisa.
Genial el relato...
dirty saludos¡¡¡¡¡
Vaya par!!! ...de huevos le habéis echao!!!
Que mala es la cerveza en compañía, que mala..
Un abrazo
Sí sabía yo que de la fiesta esa tú no ibas a salir mentalmente equilibrado...
Ja, ja, ja...
Antes del finde me pongo a ello, ja, ja, ja...
Que bueno, ya no me acordaba, ja, ja, ja...
Un abrazote zurdo ;)
Yo creo como Reina que no estabais muy llenos de cerveza, la apuesta la hicisteis bastante serenos...aunque contentos.
Ya leí la de Deprisa, me queda una.
Y lo que has escrito, bien desarrollado el final... de impacto total
¡Yo lo vi primero! Lo del título, digo. Jo...
;(
A Estilografic le haces caso y a mí, no... snif...
[Por cierto, que ya he recibido el paquetito esta semana. ¡Muchas gracias! :)]
Tienes los huevos como un camión de siete ejes!!!
Ah! que no era asi...jajaja
Geniál.
Besossssssssss
Tú lo que eres es un güevón.
PD: Nunca creí tener tendencias homosexuales pero me encantan las mujeres que describes.
Un beso, Zurdito.
Por más que me lo imagino, no te veo con los huevos como un camión de siete ejes...
;)
Besicos
Irre: ¡chincha rabiña..!
Estili: ¡pelota!
Felicidades por su blog.
Es uno de los blog más originales que haya visitado y felicidades porque escribe "la mar de bien"
Saludos desde la ciudad de la Plaza Ochavada.
Yo era más de "tengo los huevos que levanto coches por las noches" pero bueno.
sau2
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