Que sí, que sí, que ya se sabe que el que mucho abarca, poco aprieta. Que el refranero popular es muy sabio y todo lo que tú quieras, pero el que nace abarcador… El/la que lo sea como yo, asentirá con una sonrisa de complicidad si digo que charco que veo, charco al que me tiro de cabeza. Con dos de pipas. Y claro, luego pasa lo que pasa, que me agobio, que me atasco y que no es nada fácil convivir conmigo de cerca, porque tengo mil planes que se atropellan entre ellos, o bien en los horarios, o en mi cabeza, o en ambos.
Siempre me pasa lo mismo. Llega un momento en que el atasco pasa de embotellamiento a detención y me paso unos días agilipollado (qué gran palabra, cuántas perífrasis nos evita). Cuando mi grado de agilipollamiento alcanza cotas perniciosas para mi tensión, entonces es cuando decido organizarme (lo justito) y empiezo a desatascarme. A veces el desatasco es duradero y da lugar a varios proyectos finiquitados. Otras, simplemente es un espejismo momentáneo del que salgo metiéndome en tres o cuatro charcos más.
Demasiado íntimo-público me está quedando este post, cosa que no suelo hacer, pero hasta los psicólogos retirados nos tumbamos en el diván para algo más que para dormitar los documentales de la Dos. Así que no entraré en muchos más detalles. Sólo hablaré de dos de los charcos:
El día 31 de marzo, el coro Francis Poulenc, del que formo parte desde hace un porrón de años, dará un concierto monográfico sobre Mendelssohn. La verdad es que la librería me ha dejado poco tiempo para asistir a los ensayos y voy un pelín retrasado, pero poco a poco me voy poniendo al día. Además, me han seleccionado para hacer un pequeño cuarteto de la obra Beati mortui y, qué queréis que os diga, me hace mucha ilusión.
Por fin me he decidido por una de las novelas que tenía en marcha. Celda de consternación (nombre provisional) ha sido la elegida. De momento no os contaré nada del argumento, aunque en La tinta azul de la memoria hay una muy buena pista (para el que la haya leído).
Ale, que desahogado y desatascado (al menos de momento) me pongo a ello, o sea, a zambullirme de nuevo en los charcos (esta vez de forma ordenada).
Siempre me pasa lo mismo. Llega un momento en que el atasco pasa de embotellamiento a detención y me paso unos días agilipollado (qué gran palabra, cuántas perífrasis nos evita). Cuando mi grado de agilipollamiento alcanza cotas perniciosas para mi tensión, entonces es cuando decido organizarme (lo justito) y empiezo a desatascarme. A veces el desatasco es duradero y da lugar a varios proyectos finiquitados. Otras, simplemente es un espejismo momentáneo del que salgo metiéndome en tres o cuatro charcos más.
Demasiado íntimo-público me está quedando este post, cosa que no suelo hacer, pero hasta los psicólogos retirados nos tumbamos en el diván para algo más que para dormitar los documentales de la Dos. Así que no entraré en muchos más detalles. Sólo hablaré de dos de los charcos:
El día 31 de marzo, el coro Francis Poulenc, del que formo parte desde hace un porrón de años, dará un concierto monográfico sobre Mendelssohn. La verdad es que la librería me ha dejado poco tiempo para asistir a los ensayos y voy un pelín retrasado, pero poco a poco me voy poniendo al día. Además, me han seleccionado para hacer un pequeño cuarteto de la obra Beati mortui y, qué queréis que os diga, me hace mucha ilusión.
Por fin me he decidido por una de las novelas que tenía en marcha. Celda de consternación (nombre provisional) ha sido la elegida. De momento no os contaré nada del argumento, aunque en La tinta azul de la memoria hay una muy buena pista (para el que la haya leído).
Ale, que desahogado y desatascado (al menos de momento) me pongo a ello, o sea, a zambullirme de nuevo en los charcos (esta vez de forma ordenada).
18 comentarios:
Y sin salpicar, porfa, sin salpicar.
:P
Bien por ese Mendelssohn que te vas a marcar y bien por esa nueva novela que "pronto" podremos leer.
:D
Besotes con colleja incorporada (por si acaso te atascas de nuevo).
XD
Pues puedes que andes agilipollao, pero no lo parece. Ánimo con tus múltiples frentes y... a por ellos! Qué son pocos y cobardes!
Sólo decirlo te da un empujón para seguir. Y si no, voy a buscarte y te lo doy yo.
Un beso, Zurdo.
Quien mucho abarca, mucho abarca. Luego lo de apretar, o no, depende de cada uno.
Saludos!!
Y el que mucho aprieta se cansa de apretar. ¿Qué famosa hablaba siempre de que fluya, fluya...? Pues eso, si se apireta no fluye nada, ya me entiendes.
Ánimo con la tarea. Y si en algo te podemos ayudar, pues lo dices. Por ejemplo, nos mandas a hacer gárgaras...
Anda un cuarto de Mendelssohn... y como es? tiene buenas vistas? imagino que las ventanas seran de estas de doble cristal y todo eso... no la pintes con el gotele ese.. que luego para colgar posterss no hay quien pueda...
David, cachondo, quedas contratado como corrector de mi blog. El sueldo es 0 euros, pero ganarás en prestigio, XDDD
saludos para la gente del coro. Oye, mira, qué clásicos recuerdos me trae el ver que tu blog tiene similitud a las hojas de cuaderno:D
saludos...un gusto visitarte:)
Cuántas cosas entre manos, Mariano. (Y todas bien bonitas). No me extraña que de vez en cuando te extravíes un poquillo.
Un besote
Pues yo soy super egoísta (ostras que pijo ha sonado...) y lo de tu novela me suena a música celestial!!!!!
Besicos, hermoso
Ainssss...... ¡qué sería de las mentes inquietas sin los charcos!
Pos si no llegas a estar atascao
yo no sé lo que hubiera pasao,
¡salao!
Si es que desde luego te quejas de vicio....!! Vaya tela !
Qué gracia me ha hecho siempre lo del coro :)
Entre el coro,los manuscritos que decías el otro día, la librería, la novela, el blog, y los pesaos de turno ( como moi) no me extraña que te den hasta esparabases...
Sigo sin sonido, añado. Amenazo con pasar un día en petición de sos alternativo y compungido.
Oyess,,,me da la impre de que he metido un par de rimas sin querer...
Ya quisiera leer tu novela ¿qué haces que no la has escrito ya?...( dicho sea con ánimo de chinchar)
Biennnnnnn!!!! por el concierto, el cuarteto, la novela, el ritmo vital.... Biennnnn!!!!!
Pues Mariano, tu sabes que tengo La tinta azul de la memoria, pero aún no la he leido, dos libros tienen la culpa, pero ahora tengo otra razón o Expediente X para leerla, esa dichosa (con cariño) pista. Saludos zurdos.
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