30 de septiembre de 2011

Lastrado


Prefería que le tildaran de vigoréxico a que le tacharan de loco, así que dejó correr el rumor de que llevaba las muñequeras y las tobilleras lastradas para transformar las calorías directamente en músculo. Jamás reconocería que tenía serios problemas para mantener los pies en el suelo.

3 comentarios:

Irreverens dijo...

¡Genial!
:)
Cualquier día lo pruebo...

Tropiezos y trapecios dijo...

Me encanta!!

Un brindis por los que sin darse ni cuenta aparecen de nuevo en las nubes.

Un abrazo!

Ehse

Los que mordieron el polvo dijo...

Me ha gustado mucho este microrrelato. Qué bueno cerrar con un final con aliento poético. Me ha parecido muy original

Salut!


Rosana A.