Prefería que le tildaran de vigoréxico a que le tacharan de
loco, así que dejó correr el rumor de que llevaba las muñequeras y las
tobilleras lastradas para transformar las calorías directamente en músculo.
Jamás reconocería que tenía serios problemas para mantener los pies en el
suelo.
3 comentarios:
¡Genial!
:)
Cualquier día lo pruebo...
Me encanta!!
Un brindis por los que sin darse ni cuenta aparecen de nuevo en las nubes.
Un abrazo!
Ehse
Me ha gustado mucho este microrrelato. Qué bueno cerrar con un final con aliento poético. Me ha parecido muy original
Salut!
Rosana A.
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