15 de diciembre de 2010

Análoga

(Y la culpa la tengo yo, porque muchas veces he sido el inductor de este tipo de juegos. Tras la última reunión policarbonada, quedamos unos cuantos escritores de mal vivir en escribir un relato para hoy en el que aparecieran las palabras tacto/tracto rectal y que se titulara "La puta ama". Transgresor como soy, he puesto el título que me ha dado la gana, hombrepordios... El resultado es el que es, porque no tengo tiempo para respirar pero soy muy de cumplir mi palabra, así que he salido del paso como buenamente he podido.)

La culpa la tuvo aquella doctora que se empeñó en hacerme una última prueba diagnóstica antes de operarme de fimosis. Hasta el “túmbate en esa camilla y bájate los pantalones y los calzoncillos” todo me pareció normal, más allá del pudor propio de la adolescencia. Después, cuando la doctora hizo entrar a mi madre para explicarle que ella veía innecesaria la operación, enseguida entendí que me habían dispensado un trato médico especial gracias a las mejillas ruborizadas de la doctora, de mi madre y a las mías propias (rubor por causas diferentes).
Desde entonces no me conformé con breves auscultaciones, frías pruebas y recetas ingeridas con las pautas de prospecto.
Cuando a los veinte empecé con la alergia a las arizónicas, mantuve una relación con una alergóloga hasta que dio con la vacuna adecuada.
Dos años después me hice un esguince de tobillo de tercer grado jugando al baloncesto y disfruté de un magnífico trío con mi traumatóloga y mi fisioterapeuta. El día de mi partido de vuelta les dije que prefería dejar en ese punto nuestra historia amorosa. Lo que no les confesé es que acababa de conocer a una especialista de digestivo que esperaba que me ayudara con mi problema de reflujo.
Así, he ido encadenando relaciones marcadas al ritmo de mis problemas de salud. Lo que para unos es la crisis de los cuarenta, para mí ha sido la entrada en el paraíso, ya que las goteras aumentan y mi paso por las consultas de oftalmología, otorrinolaringología y otras tantas que no sé deletrear han sido más que satisfactorias.
No viene al caso, así que no explicaré la facilidad con la que se ha ido sucediendo todo. Hasta hace poco.
En la última revisión del trabajo, la doctora de la empresa, tras abandonar la clandestinidad del biombo y abrocharse la bata, me aconsejó que fuera al urólogo. Por mi edad y por algunos niveles en sangre del análisis no estaría de más que controlara el estado de mi próstata.
Apuré toda la lista de especialistas de la seguridad social a los que tenía derecho a visitar. Incluso indagué sobre los urólogos de varias aseguradoras privadas. Nada. Todos varones. Si mi trayectoria con el sector sanitario no hubiera sido la que ha sido, no le hubiera dado mayor importancia a las connotaciones propias que se derivan de la interacción culo masculino-dedo masculino. Aunque suene juguetonamente soez, no soy tan estrecho. Podría haber optado por una relación médico-paciente al uso, pero cuando uno se acostumbra a algo bueno es difícil renunciar a ello.
Empecé a buscar alternativas porque no iba a renunciar ni a mi tacto rectal ni a una nueva relación sanitaria. Los antecedentes familiares y la exquisita vigilancia de mis enfermedades hasta la fecha no me permitían mirar hacia otro lado.
Fue difícil pero no imposible, aunque he tenido que renunciar a la vía estrictamente médica. Pero, permítaseme el chiste fácil, he encontrado una solución paramédica, “análoga”; una solución más cara que las cuotas a la seguridad social, pero igual de profesional.
No sé si “La puta ama” (como se anuncia en internet) había leído antes alguna vez algún libro, pero ahora devora todas las revistas especializadas que le traigo con más afán que una estudiante de primero de Medicina. Y debo decir que se esmera en seguir las instrucciones que aparecen en dichas revistas.
Sólo espero que tenga un diagnóstico en breve, porque tengo una caries de raíz que empieza a molestarme y me han hablado maravillas de la nueva odontóloga de la clínica que hay en mi portal.

10 comentarios:

Masakoy dijo...

Estás hecho una pena: alergías, esguinces... Las "Putas amas" de Internet son todo unas especialistas del buen hacer que te hace, jajaja.

Hasta el infinito y más allá

Belén dijo...

La próxima vez dale mi teléfono,que aunque no sea la puta ama, algo de tractos rectales sé...

Besicos

Wen dijo...

Jo :( me lo perdí ... qué depresión más grande joder...
A ver si vuelvo luego a leerlo, que me ha dado tanta rabia que no me concentro

Odiseo de Saturnalia dijo...

No vadas a eza detista, mia lo que le ha pazao a Odizeo...

Loli Pérez dijo...

Qué bueno XDXDXD!!!

L;)

poetapijo dijo...

Genial, Mariano.!!!

Sencillamente, genial !!!!

¿Son suficientes halagos para que me des el número de móvil del ama?

Un abrazo

Manu Espada dijo...

Lo tuyo sí que es una parafilia, jaja, tanto médico de por medio es rarito, srá una hipocondria.

Unknown dijo...

Las estudiantes de primero de medicina leen con afán las revsitas especializadas? Jarrr, gracias por el dato :P

En fin, Mariano, aprovecho para desearte unas felices fiestas/navidades ya que la semana que viene no sé cómo andaré de liado.

Un abrazo fuerte!

Manu UC.

Expediente X dijo...

FELICES FIESTAS
No olvides mirar
en mi arbol de navidad
algún regalo para tí...

GRACIAS MARIANO ZURDO >_-

Irreverens dijo...

Yo, a los Reyes Magos, les voy a pedir aunque sea una décima parte de tu imaginación.
:D

Un besazo, rey.
Parece que voy volviendo...
:)