“Y al séptimo día descansó”, acabó el padre la narración con solemnidad. El hijo, tercero de la estirpe, se fue a la cama enseguida, ya que mañana era su primer día de trabajo. Sin embargo, apenas pudo dormir. En su cabeza hacía eco la hazaña de su abuelo en su última película como actor porno: Y al séptimo día descansó, y al séptimo día, y al séptimo…
7 de octubre de 2010
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6 comentarios:
¡¡El abuelo era un dios...del sexo!! El nieto tiene el listón alto, el pobre, menuda presión.
Me gustó.
Buf, yo tampoco podría dormir...siete días?
:O
Besicos
Que familia más filogenética...
¿7? Que hay que tomar?
Salud.
¡jajajaja! ¡Qué presión, por Dior!
Y al séptimo abrió otra caja de Viagra.
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