Cumplí a medias mi siguiente propuesta culinaria (incumplir es un verbo que aborrezco tanto como practico). Algún cocinero afirmaría que preparé ternera al güisqui desestructurada. En realidad puse la ternera vuelta y vuelta en la sartén, porque no es bueno abusar del sol, con un chorro de aceite, sal y pimienta. El güisqui lo reservé para los postres.
Una vez cenado, me acomodé en el sofá, frente a la televisión. A mano, la botella y la cubitera. Decidí competir con el calor. A ver quién acababa con el hielo antes, si él o yo.
Encendí la tele. Con un cacho de celo dejé apretado el botón con el que se cambian los canales y me sumergí en un zapping vertiginoso que rápidamente se instaló dentro de mi cabeza. Los hielos, y el mismo güisqui, le dieron un toque caleidoscópico que lejos de excitarme, me relajó profundamente.
El sopor me impidió salir a cazar tus sombras. Creo que ajusté la dosis anestésica mucho mejor que con la cerveza del pollo. Acabado el hielo, empate técnico entre el calor y mi coleto, me recosté allá donde aún reside la sombra, ésta sí negra, de tu melena.
Soñé con una manada de hormigas, tal era su tamaño, que avanzaban desde el pasillo hasta el sofá. Parsimoniosas y en línea recta, sin sortear revistero, ropa tirada, mesita y zapatillas. Soñé que trepaban por el sofá y que continuaban escalando por mis piernas.
Desperté aturdido pero sin resaca. De las hormigas, ni rastro, por supuesto. Pero desperté con tus medias negras preferidas puestas.
Una vez cenado, me acomodé en el sofá, frente a la televisión. A mano, la botella y la cubitera. Decidí competir con el calor. A ver quién acababa con el hielo antes, si él o yo.
Encendí la tele. Con un cacho de celo dejé apretado el botón con el que se cambian los canales y me sumergí en un zapping vertiginoso que rápidamente se instaló dentro de mi cabeza. Los hielos, y el mismo güisqui, le dieron un toque caleidoscópico que lejos de excitarme, me relajó profundamente.
El sopor me impidió salir a cazar tus sombras. Creo que ajusté la dosis anestésica mucho mejor que con la cerveza del pollo. Acabado el hielo, empate técnico entre el calor y mi coleto, me recosté allá donde aún reside la sombra, ésta sí negra, de tu melena.
Soñé con una manada de hormigas, tal era su tamaño, que avanzaban desde el pasillo hasta el sofá. Parsimoniosas y en línea recta, sin sortear revistero, ropa tirada, mesita y zapatillas. Soñé que trepaban por el sofá y que continuaban escalando por mis piernas.
Desperté aturdido pero sin resaca. De las hormigas, ni rastro, por supuesto. Pero desperté con tus medias negras preferidas puestas.
20 comentarios:
Cómo duele el desamor....pero...pasa...Mariano...pasa.
Un abrazo desde el sentimiento compartido de una nueva amiga en la distancia.
Por lo que veo el sueño fue movido.
No sé si es la mejor terapia, de eso sabes mejor tú que nadie, pero yo te diría que no sigas con nuevas dosis de hielo, al menos revestido de otras sustancias.
Pero si no tienes resaca, las hormigas son sueños, y las medias te sientan bien, lo mismo, como dice Mariana, el desamor pasa más deprisa. Un abrazo.
Es un microrrelato fantástico que está pidiendo a gritos un editor que lo publique.
Sí, estoy de acuerdo con Jove. Y opino igualmente sobre las proesías.
:)
Y yo también de acuerdo, con Jove y con Wen.
¡Publica ya!
Dios Mariano, que tengo en la mente tu imagen con medias negras... prefiero las hormigas!!!!
Y si, edita coño!
Besicos
¡jajajajaja!
Lo siento, lo siento. Pero es que imaginarte con unas medias negras puestas.... ¡jojojojo!
Ay, vale. Ya paro. Que opino lo mismo que Jove, que Wen, que Marisa y que Belén.
Y que te mando un abrazote bien gordo, hombre.
Venga, vale, me uno al grupito y ya somos seis. De las medias en sí mejor no digo nada, pero hay que reconocer que la imagen está muy lograda.
Se pide editor para Mariano.
Leñe.
Me perdonen el laconismo, estoy medio zzzzzooommbie con está caló...
Más ternera y menos qüisqui...
Yo también me adhiero al grupo.
Salu2
Con que no te duela el culo...
¡Eso, eso, que editen al zurdo! Anda leches, que soy... Pues de momento estoy huérfano de editores y poblado de ideas. A esperar...
Gracias a todos y a todas por el apoyo
Muy divertido, lo cual no es fácil.
Un saludazo.
Yo prefiero no imaginarte con las medias, ni con las hormigas, pero me uno a la petición general de UN EDITOR, POR FAVOR.
Por cierto, yo conozco uno
Elena, preséntamelo que no me conozco, grrrrr.
Un besazo, ¡escritora!
Yo no sé el resto Mariano pero yo te he imaginado con medias...pero de rejilla...mucho mejor hormigas que cucarachas...dónde va a parar...Felices Vacaciones!!!
Así como hay derrotas innegociables, hay cacerías imposibles. La de los recuerdos, es una de ellas. Porque, hablando de sombras esquivas, qué me dices de las que les da por reflejarse en los espejos.
Jajajajajaaaa..
Aggggg.. Iba por la segunda linea,y se me fue al porculé la hipatía jajajaa.
Hoy que el mal gusto perdió la timidez y se alcanzó el grado de alergia sin control, cualquier cosita pequeña es la que más felicidad proporciona.
Esto dice qye hay un conflicto de dirección IP y yo NI P.
No te boicotees a tí mismo ,llegar es importante , zurdo, pero, más lo es disfrutar del camino.
Vales.
Este pequeño momento de alegría tiene un impacto importante en la motivación de la persona y conseguirlo así tan facil no es cosa corriente. Suenas a pura hormona que eleva el estado de ánimo. Natural , natural , como el respirar de un niño.
Guuayyy, chichi kum.
Yo, Venecia.
si es que lo malo de cocinar con alcohol es que generalmente lo que más cocido acaba no es lo que termina en el plato.... un abrazote... me ha encantao...
Qué mala es la carne de ternera!!!! Menos mal que no abusaste del sol, porque ya una insolación...uffffff
(el tinitus es estrésssssssssssssssssssssssssssss, guapo)
Besitos
****
...me recosté allá donde reside tu sombra...:)
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