Esta entrada etiquetada en "Yo y mis zurderas", la verdad es que debería llamarse "Yo y mis sorderas", pero tampoco quiero darle protagonismo a mi sordera mixta irreversible zurda, que ya lo tiene en el día a día muy a mi pesar.
Hace unos años empecé a perder oído por el lado oeste. Al principio tenía episodios de pérdida-recuperación acompañados de unos mareos mortales que sé que volverán. Con el tiempo, desaparecieron los mareos y la recuperación. Vamos, que me quedé teniente trompetilla de la oreja zurda. Según mi otorrinolaringólogo, el 35% residual que me queda es una ayuda, pero en realidad es una rémora más, ya que ese 35% está distribuido en frecuencias dispares y mi realidad izquierda está un tanto distorsionada. Y todavía más para lo que voy a contar a continuación.
Mi sordera sobrevenida ha ido cambiando alguno de mis hábitos:
Por ejemplo, me veo obligado a hablar por teléfono con la diestra (mano y oreja) lo que para un zurdo como yo es algo antinatural. Ahora ya no. Lo he incorporado a los automatismos, pero al principio seguía intentando hablar con la izquierda y el silencio respondía a mi "dígame".
Los que me conocen bien, cuando caminan junto a mí, se van colocando a mi diestra sin que yo les diga nada, porque saben que si no la conversación se convertirá en monólogos sin espectador.
Cuando voy a un bar o a un restaurante, antes de sentarme elijo el asiento estratégicamente para poder cubrir el mayor radio de acción.
Los cuchicheos no los discrimino, así que el que quiere cotillear conmigo se tiene que conformar con llevar a un apartado y compartir sus chismes en un volumen audible.
Si quiero ir al teatro tengo que ser previsor y comprar entradas con tiempo para hacerme con las primeras filas, porque si no asisto al cine mudo.
Como soy un tipo positivo, pues hasta le veo cosas buenas. Me hago el sordo (completo) cuando una conversación no me interesa, lo cual me ha librado ya de más de algún impresentable (es que quiero que mi blog sea tan cultural como el de Clandestino, así que diré impresentable en vez de gilipollas).
Estos han sido pequeños ajustes que he tenido que ir realizando en mi vida, ajustes que no han requerido gran esfuerzo y que ya forman de mi personalidad zurda y sorda. Me lo tomo con mucho humor, que es de las mejores maneras de afrontar las dificultades.
Ahora lo cuento desde la normalidad y restándole importancia, pero la verdad es que asimilarlo no fue tan sencillo, sobre todo porque afectó a una de las cosas más importantes de mi vida, que es cantar, motivo de esta entrada, en la que la introducción me quedó algo extensa. Empecé a cantar a los 23 años en el coro Francis Poulenc, y desde entonces he disfrutado de muchísimos ensayos, conciertos y viajes.
Ayer tuvimos concierto. Otra prueba superada para mí. Fue un concierto más bien mediocre, con momentos especiales pero en general, normalucho. Mi garganta no estaba bien, pero la técnica hace maravillas y logré cantar bastante bien. El frío, el cansancio y el estado de ánimo hicieron mella en mis cuerdas vocales durante toda la semana. Dicen que la cara es el espejo del alma. No digo que sea mentira, pero si la verdad puede ser más grande, la frase sería "la voz es el espejo del alma", porque la voz, para mí el instrumento musical más bello, es delicado y enseguida se ve afectado por cualquier cosa. Soy un cantante normal. Nunca he destacado especialmente. Tengo una voz buena para un coro, sin más, y con una técnica aceptable.
Ayer recibí felicitaciones de mi antigua profesora de canto (a veces nos refuerza en los conciertos) y de un compañero tenor. Me hizo sentir muy bien. Antes me daban lo mismo estos comentarios (o al menos no les daba demasiada importancia), pero ahora me hacen mucha ilusión, porque estoy mermado de facultades y me ha costado mucho esfuerzo poder seguir cantando. Muchos en el coro no lo saben. Casi nadie sabe que estuve a punto de dejar de cantar y que me costó no pocas lágrimas. Cada ensayo se convertía en una maratón haciendo el pino y marcha atrás. Me ha costado muchos meses de trabajo poder cantar como siempre, oyendo mucho menos que antes, y con ese 35% residual zurdo trabajando en contra de mi afinación y mi concentración. Ningún compañero del coro sabe que les he dedicado mi próximo relato publicado. Es mi humilde manera de darles las gracias por todo lo que me han ayudado sin saberlo.
El tercer tiempo (es decir, las cañas posteriores) estuvo agradable. Mucho más tranquilo que en conciertos anteriores. Estuvimos en
el bar donde presentaremos Clandestino y yo nuestro libro Relatos a cuatro manos.Hace unos años empecé a perder oído por el lado oeste. Al principio tenía episodios de pérdida-recuperación acompañados de unos mareos mortales que sé que volverán. Con el tiempo, desaparecieron los mareos y la recuperación. Vamos, que me quedé teniente trompetilla de la oreja zurda. Según mi otorrinolaringólogo, el 35% residual que me queda es una ayuda, pero en realidad es una rémora más, ya que ese 35% está distribuido en frecuencias dispares y mi realidad izquierda está un tanto distorsionada. Y todavía más para lo que voy a contar a continuación.
Mi sordera sobrevenida ha ido cambiando alguno de mis hábitos:
Por ejemplo, me veo obligado a hablar por teléfono con la diestra (mano y oreja) lo que para un zurdo como yo es algo antinatural. Ahora ya no. Lo he incorporado a los automatismos, pero al principio seguía intentando hablar con la izquierda y el silencio respondía a mi "dígame".
Los que me conocen bien, cuando caminan junto a mí, se van colocando a mi diestra sin que yo les diga nada, porque saben que si no la conversación se convertirá en monólogos sin espectador.
Cuando voy a un bar o a un restaurante, antes de sentarme elijo el asiento estratégicamente para poder cubrir el mayor radio de acción.
Los cuchicheos no los discrimino, así que el que quiere cotillear conmigo se tiene que conformar con llevar a un apartado y compartir sus chismes en un volumen audible.
Si quiero ir al teatro tengo que ser previsor y comprar entradas con tiempo para hacerme con las primeras filas, porque si no asisto al cine mudo.
Como soy un tipo positivo, pues hasta le veo cosas buenas. Me hago el sordo (completo) cuando una conversación no me interesa, lo cual me ha librado ya de más de algún impresentable (es que quiero que mi blog sea tan cultural como el de Clandestino, así que diré impresentable en vez de gilipollas).
Estos han sido pequeños ajustes que he tenido que ir realizando en mi vida, ajustes que no han requerido gran esfuerzo y que ya forman de mi personalidad zurda y sorda. Me lo tomo con mucho humor, que es de las mejores maneras de afrontar las dificultades.
Ahora lo cuento desde la normalidad y restándole importancia, pero la verdad es que asimilarlo no fue tan sencillo, sobre todo porque afectó a una de las cosas más importantes de mi vida, que es cantar, motivo de esta entrada, en la que la introducción me quedó algo extensa. Empecé a cantar a los 23 años en el coro Francis Poulenc, y desde entonces he disfrutado de muchísimos ensayos, conciertos y viajes.
Ayer tuvimos concierto. Otra prueba superada para mí. Fue un concierto más bien mediocre, con momentos especiales pero en general, normalucho. Mi garganta no estaba bien, pero la técnica hace maravillas y logré cantar bastante bien. El frío, el cansancio y el estado de ánimo hicieron mella en mis cuerdas vocales durante toda la semana. Dicen que la cara es el espejo del alma. No digo que sea mentira, pero si la verdad puede ser más grande, la frase sería "la voz es el espejo del alma", porque la voz, para mí el instrumento musical más bello, es delicado y enseguida se ve afectado por cualquier cosa. Soy un cantante normal. Nunca he destacado especialmente. Tengo una voz buena para un coro, sin más, y con una técnica aceptable.
Ayer recibí felicitaciones de mi antigua profesora de canto (a veces nos refuerza en los conciertos) y de un compañero tenor. Me hizo sentir muy bien. Antes me daban lo mismo estos comentarios (o al menos no les daba demasiada importancia), pero ahora me hacen mucha ilusión, porque estoy mermado de facultades y me ha costado mucho esfuerzo poder seguir cantando. Muchos en el coro no lo saben. Casi nadie sabe que estuve a punto de dejar de cantar y que me costó no pocas lágrimas. Cada ensayo se convertía en una maratón haciendo el pino y marcha atrás. Me ha costado muchos meses de trabajo poder cantar como siempre, oyendo mucho menos que antes, y con ese 35% residual zurdo trabajando en contra de mi afinación y mi concentración. Ningún compañero del coro sabe que les he dedicado mi próximo relato publicado. Es mi humilde manera de darles las gracias por todo lo que me han ayudado sin saberlo.
El tercer tiempo (es decir, las cañas posteriores) estuvo agradable. Mucho más tranquilo que en conciertos anteriores. Estuvimos en
Y después hubo un cuarto tiempo, pero eso me lo reservo para mí. Y para ti.
(Foto del coro Francis Poulenc en Santiago de Cuba)
49 comentarios:
A saber qué hiciste en la noche del viernes para tener la voz tan mal (envidia pura y dura, que conste en acta)
Me parece muy loable que sigas cantando a pesar de los pesares, a pesar de tu sordera... Yo con mi voz ya no puedo hacer nada para recuperarla, y en días como hoy, menos aún (si, se lo que hice ayer, jajajjajajaj)
Un beso Mariano de mis entretelas :)
Yo sigo diciendo que me gustais más de blanco que de negro, además a ti te sienta fenomenal. Muchos besos zurdo
No sabía que era multidisciplinar. Mi enhorabuena.
Iba a decirte que siempre te queda un oído bueno, que no todo es sonido en la vida, que aún escuchas algo por el zurdo... Pero no creo que necesites ninguno de estos consuelos. Leyendo transmites la fortaleza con la que acarreas esa dificultad. Así que espero que sigas sacando fuerzas para conseguirlo.
Un saludo!
Querido Mariano. Permíteme que me quite el sombrero ante tu férrea voluntad por cantar, a pesar de los pesares.
Como - también - compartimos esta afición, comprendo lo que has tenido que pasar para volver a cantar aunque sea zurdamente.
Un abrazo.
La voz es, sin duda, el instrumento más bello.
Yo aprendí a valorarla en los años que trabajé para la Jove Orquesta de Cataluña.
Además, mi compañera de trabajo también es soprano de uno de los mejores coros que hay por allá (Cor Madrigal, quizás te suene).
Me encanta tu actitud ante la vida, Mariano.
Un abrazo gordo, gordo.
Si no se han enterado en el coro de nada… es porque sigues cantando igual de bien a pesar de que te cueste más esfuerzo;)Tiene mucho valor superar las dificultades y más aun si se hace con sentido del humor: eres un valiente.Ahora está todo más equilibrado: ambidiestro de vista, diestro de oído y zurdo de mano…
Un beso.
Por cierto, Avisarme para la presentación de ese libro que me apunto, y más aun si hay cañas por medio
Belén, pues el viernes fui muy bueno, visto el abandono al que nos sometiste. XD
Un besazo Belén de mis entrepaños.
mgqeaol, pues nada, me blanquearé toda la ropa...
Iván, gracias, una dosis extra de fuerza nunca viene mal.
Escriptorum, sé que entiendes el esfuerzo, y sobre todo que entiendes la pasión que compartimos.
Viguetana, ya que para vivir hay que hacer esfuerzos, mejor intentar hacerlos en positivo, ¿no? Besos gordérrimos para vos.
mart@, yo no lo considero valentía. Es una cuestión de vivir lo más a gusto posible. Y quedarás avisada, desde luego.
Besitos/azos
Perdón por la pregunta, pero ¿ no es posible utilizar un audífono? ¿ te afectaría quizá en tu faceta de cantante?
En cualquier caso, un abrazo muy fuerte desde el exilio y mi admiración.
Exiliado, pues por desgracia no serviría de ayuda, porque tengo dañado el nervio y tengo unos ruiditos la mar de desagradables que no se quitarían de ninguna manera.
Ah, y la admiración es mutua.
estoy de acuerdo con vigue... me gusta mucho la ctitud vital esa que tienes...
y no se cómo estareis de negro, pero seguro que estais mejor así de blanco... me encanta.
Felicidades :)
yo canté en un coro en mis años mozos, cómo me gustaba. pero era amateur, nada que ver contigo, je je je
una pena lo de tu sordera, la verdad. aunque es admirable cómo sabes buscar el lado bueno a todas las cosas, Mariano.
¡Enhorabuena!, ¿que por qué? por cantar, contárnoslo, perseverancia, fuerza, vida...
Un abrazo grande
Wen, gracias hueca. Se suele cantar de negro porque da sobriedad en el escenario. Yo es una cosa a la que no le doy ninguna importancia, pero es verdad que en este mundo la estética cuenta. Y mucho.
Desesperada, yo no creo que sea admirable. Igual que al que se rinde no se le puede achacar nada malo. Pero muchas gracias, riquiña.
Raquel, ya sabes tú que la música es un potente motor del ánimo y del físico.
Besitos/azos.
Eso es lo que yo llamo, chantaje emocional...
Cuando salgamos de cañas amigo vas a saber lo que es una mala malosa, y se te va a ir la voz, la sordera y todo lo que se te ocurra! :P
Besos
Belén, glub. Avísame con tiempo para reunir energías. Creo que me harán falta. XD
Me sorprende un montón esto que nos cuentas, Mariano. Y sobre todo, cómo lo cuentas: sin rastro de autocompasión, con humor, con sencillez. Supone un ejemplo de superación, de amor por lo que se hace (que a veces no es tan común). Cuántos nos echamos atrás por razones mucho más nimias.
A ver si avisas cuando volváis a cantar.
Un abrazote, maestro.
Leo, para abril damos un concierto espectacular con una orquesta holandesa, así que os avisaré con tiempo.
Autocompadecerse es muy sano si uno no se regodea en ello. Está bien darse un tiempo para la propia tristeza, pero luego hay que tirar pa´lante.
Besitos/azos.
Donde esté el negro en el escenario..., ya lo demostró el gran Raphael.
Y sí, estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho aquí, no tengo nada más que decir.
Más que mis ascuas han desaparecido.
Abrazo fuerte.
Clandestino, busqué a un intelectual con chaqueta de pana y jersey de cuello vuelto negro y no lo hallé. Luego me enteré que es que estaba de viaje y aprendiendo. E hizo muy bien en hacer las maletas.
Cómo transmites cabrón...
Mexileña, yo también te quiero.
Como diría el gran Peret: canta y sé feliz.
Estilografic, ¡qué gran poeta! (Me refiero a Peret, no a ti, creído que eres un creído.)
tú sabes que cuando uno tiene una carencia física desarrolla más y mejor las otras? eso te sucede a tí Mariano,... se nota!
Beethoven compuso su mejor obra completamente lejos de todo sonido audible, todo estaba en su mente!!
Creo que estas navidades regalaré vuestros libros!
El otro día alguien te dijo que eras un poco como Leonardo , tocando todos los palos posibles, jejeje
LP
lp, a falta del sentido del oído, pues he desarrollado el sentido del humor. Lo comido por lo servido, jajaja
Una pena penita pena que al final no pudiera ni levantar un pie de la cama para ir a verte. De verdad, que para una que me pilla a tiro de piedra...
En fin, besotes.
Tiene que ser jodidísimo cantar sólo con un 35% de audición en uno de los oidos.
Seguro que tienes algún tipo de truco, o de método... ¿te pones algodón en el bueno para rebajar también su nivel de audición?.
PD: Ni blanco, ni negro... morado, y ¡aleluya hermano!.
Inte, no te consiento que te pongas mala cuando yo tengo concierto. Que sea la última vez. XD
Carlos Añejo, como sigáis dando ideas, al fimal me voy a poner una túnica con franjas de colores y voy a parecer un tubo de Colgate. Advierto.
(Podría decir dentrífico, pero aparte que no sé decirlo, es que Colgate patrocina esta entrada.)
Pues para mí que lo de usar el móvil a mano (y oreja) cambiada es de lo más útil, porque si de pronto tienes que anotar algo y llevas el teléfono en la mano buena, ¿con qué mano lo escribes? Y esto vale para abrir puertas, chocar otras manos o palpar lo que sea menester.
Y lo de la audición es una faena... menos mal que tú no escribes de oído.
Un abrazo.
Y tu sentido del humor es de los mejores que he conocido...Bueno va, el mejor y me quedo con el 30% de lo que te pague Colgate.
¡Qué bien lo describes! Yo no llego ni siquiera a ese 30%. Elegir (e imponer a veces) los sitios en la mesa, caminar a la izquierda de la gente -y llevar, por tanto, el bolso siempre a ese lado-, maldecir el estéreo de los auriculares, hablar por teléfono con la mano derecha... ¿y lo bien que se duerme con la oreja "buena" pegadita a la almohada? Eso sí, tú y yo, caminando juntos por la calle, tendríamos un problema de comunicación... me imagino la escena, orbitando mutuamente en torno al otro de manera semiinconsciente, ¡tendría gracia!
¿No hace un poco de frío para ir así vestidos? Yo es que soy muy friolera...
Me gusta como escribes a esos ojos verdes, se te resbalan gota a gota, flotando entre renglones. ¿tu musa hechicera?. (Hoy estoy preguntona...).
Bikos.
Qué envidia me das. Lo digo por el talento en relación con la música. A mí las oejas me sirven pa sostener las patillas de las gafas.
J M Llamazares, si ya lo decía yo, que no podía ser tan malo. Y gracias por lo de que no escribo de oído, jajaja
Exiliado, que dice Colgate que a donde te manda la pasta (y lo siento, pero hablan de pasta dentrífica, pero en abundancia).
Cristina, has complementado a la perfección mi entrada. Se me había olvidado lo de la almohada, es lo mejor para dormir cuando hay ruidos, jajaja. Pues nada, cuando quieras intentamos lo de pasear juntos. Fijo que unas risas nos echamos.
Salondesol, esas fotos son de Cuba y en veranito. Y sí, esos ojos verdes son de mi musa hechicera. Ellos escriben por mí.
hombredebarro, a mí la música me eligió tarde, pero me engancho para siempre. Hay que estuviera sordo hasta de la nariz cantaría, aunque fuera con las manos.
Besitos/azos a todos y a todas.
JAJAJAJAJAJA muy bueno el guiño del tercer tiempo.
Cuando algo te engancha, que te lo quiten, o que se acabe es como si te arrancase un miembro. Los otorrinos...aquí al menos son seres bastante despreciables, mi última entrada es por uno de ellos, como esto no sale en google puedo decirlo.
Considera tu leve sordera como una especie de superpoder que te permite no aguantar a ciertos despreciables. Además conservando la voz puedes darte el tono y decir que eres como Beethoven pero en zurdo, que eso siempre viste mucho.
Yo la voz...si entras en las cuadrículas verás que lo de entonar no es lo mío, pero al menos lo intento...que ya es bastante.
A cuidarse.
Una de mis grandes frustraciones, cantar. Lo hago fatal y eso que una amiga mía que también canta en un coro como tú, e incluso se está empezando a lanzar en solitario insiste en que tome unas clases y lo intente, ya que, según ella, los que hablamos varios idiomas, por cojones tenemos facilidad para ello. Yo no sé si tiene razón o no. Aún me resisto a ello.
Te felicito por tu perseverancia en cantar, a pesar de tu dificultad sordil. Mi más sincera enhorabuena por haber logrado traspasar la barrera de la deficiencia auditiva.
Besos
No sabes como te entiendo, porque es cierto que una vez asimilado, la superación se hace fácil, pero el superarlo cuesta demasiado…impotencia, lágrimas… Luego es muy llevadero, acaba integrándose en nuestras vidas. Mi abrazo más sincero y sentido por haber sabido integrarlo.
Y aprovecho para darte las gracias por esas letras grandotas que utilizas en tus entradas, por la deferencia que haces hacía algunos (en este caso alguna) cegatos que disfrutamos de tu blog. Muchas gracias Mariano.
nah, es mentira, yo no me lo creo, percibes demasiado bien las cosas para estar sordo de un lao, de hecho, por tu increible manera escribir, yo juraria que oyes más de lo que te dicen aún incluso cuando decides no escuchar...
vamos hombre!
es que,
con ese radar que "ties" instalao en la cabeza,
pa mi que,
facilmente,
podrías cortarte las orejas,
por la buena faena de siempre,
más que en el ruedo manolete,
tú dando una vuelta,
a la plaza de las letras...
un abrazo,
maestro!
Vitote, podría escribir unas mil entradas con la incompetencia de todos los otorrinos que me han tratado, grrrr.
Ana, todos superamos barreras, aunque algunas sean más visibles (o auditivas, en mi caso).
Iria, pensé que te vendría bien que estuvieran un pelín más grandes. Espero que te sirva de ayuda.
Alfman, sin palabras me hallo. Sordo y mudo. Gracias compañero.
Mariano, eres un sol, pero de esos de las 12 del mediodía, en pleno mes de agosto.De verdad que te lo agradezco mucho, muchísimo, que rebonito eres coño!! Muacckksssssss
Iria, gracias guapa, pero ojalá todos los esfuerzos fueran tan sencillos como este.
Besitos/azos.
No pienso decir que nos parecemos en algo más. Me niego. Pero sacando conclusiones tras sumar mis crisis de vértigo a mis días de embotamiento (osea, días en los que tengo esa sensación de vivir al lado del puerto) pues que quieres que te diga. Miedosa me hallo.
Un beso grande, tan grande que bata el record de besos grandes.
Vitruvia, ¡no reniegues de nuestra gemelez!, jajajaja
Besitos hermosa.
Vaya lío esto de ir cambiando de blog!
Hace siglos que estoy desconectado y claro... ahora toca ponerse al día. A principios de mes estuvo Mariano Zurdo, alias Tinitus, en casa después de demasiado tiempo y claro los recuerdos empezaron a agolparse... con lo que he decidido volver al redil. Madre! estoy a punto de hacer borrón y cuenta nueva, por que de tanto ir de un blog a otro ya no sé dónde estoy y si me apuras en qué día vivo!! Como siga así me voy a sorprender de que se haya publicado una novela con el nombre de La Tinta Azul de la Memoria.
A ver que quiero saber CUÁNDO SE PODRÁ COMPRAR LA NUEVA NOVELA??? Que (casi me da miedo decirlo aquí) en mi casa siempre ha venido Papá Noël... y está al caer.
Besos y Felices Fiestas para todos. No sé porqué pero reconozco que estas fiestas me resultan entrañables. Tal vez sea por las vacaciones que hasta ahora me las he apañado para tener bastantes días libres.
creí haber publicado el comentario con el Alias. Se ve que la informática se me resistirá siempre...
miguelito leal, relatos a cuatro manos (que son dos relatos, uno de Clandestino y otro mío) está al caer, pero todavía no se ha caído. En cuanto lo haga, oirás el ruido.
Besitos/azos.
Enhorabuena!!!!
Iller, ¡gracias dibujanta!
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