Siempre quise tener un blog en la playa y otro en la montaña (y 2)

(Esto viene de atrás.)

Pasad, pasad. Id dejando los regalos en ese rincón. ¿Que no habéis traído regalos? Bueno, no pasa nada, pero que no se repita... Tenéis Mahous y Coca-colas en la nevera. Poneros cómodos. Sentaos donde podáis que todavía tengo todo esto manga por hombro. Me ha dado tiempo a pintar y a poco más. Ya iré amueblando el blog a medida que lo vaya viviendo.
Como decía hace un ratito en la tinta azul, se han dado varias circunstancias para el cambio. Pensaba esperarme al 29 de noviembre que se cumplía un año desde mi primera entrada, pero alguna listilla (¿verdad Belén?) se dio cuenta de que tenía un blog nuevo clausurado y me pareció una bobada seguir con el misterio, porque no da para tanto. Dos razones fundamentales me han llevado a la mudanza. La primera, es que estoy embarcado de lleno en una nueva novela (LLC). Llevaba meses dándole vueltas a varios argumentos hasta que uno de ellos, el más reciente en llegar a mi cabeza, me eligió a mí. Pensé que ya era hora de independizarme de la tinta azul y ella de mí. Vivimos cerca, así que nos visitaremos siempre que lo necesitemos, y presiento que al principio nos necesitaremos mucho.
La segunda razón, y la más importante, es fruto de una decisión sesuda y lenta (tanto como que ha durado años, aunque haya tomado más protagonismo durante el último). Todo va ligado, claro está, porque el último empujón para decidirme me lo ha dado mi próxima novela, exigiéndome mucho más de lo que en principio le podría dedicar. Los habituales supongo que sabréis a qué me refiero, porque he estado filosofando sobre ello durante las últimas semanas (aunque visto lo visto ayer en el blog de Clandestino, que muchos despistados no supieron que se refería a la calle Sacramento...). Pues sí, he decidido que lo de escribir sea mucho más que una simple vocación. ¿Y eso se decide?, se preguntará alguno. Pues sí. Voy a organizar mi vida para dedicarle el mayor número de horas a la escritura, en vez de organizar la escritura en función del escaso tiempo que me cede la vida. Eso implica cambios profesionales que no tardarán en llegar (espero). He tomado la decisión de intentarlo en serio y de caerme con todo el equipo. No quiero esconderme tras la cobardía del "es que es muy difícil dedicarse a escribir", porque ya sé que lo es. No quiero mirar hacia otro lado pensando “es que no soy lo suficientemente bueno como para vivir de ello”, porque ahora tengo claro que no lo soy, pero quiero trabajar fuerte para serlo algún día. ¿Lo mejor? Que tengo el apoyo incondicional, implícito e explícito, de mi familia, de mis amigos-hermanos y de todo el mundo al que se lo cuento. Parece que el que más dudas tenía era yo. Suele pasar. Una vez más tengo que agradecer a Clandestino, a Mexileña y a mi musa titular todo (“todo” resume bastante bien, ¿no?).
Ya dije que iba a intentar no ponerme lacrimógeno pero que probablemente no lo iba a conseguir. Para poner una nota de humor, y porque ya no sé si creer o no en las casualidades pero haberlas haylas, os pongo el artículo del maestro Forges de esta mañana (porque para mí son artículos), en el que el Mariano de turno, hoy era más yo que nunca, divagando tontunas de escritorcillo trasnochado.

¿Y de qué tratará este blog de literazurda? Pues ya lo dije, habrá pocos cambios, aunque el título ya anuncia alguno. Me gustaría dedicarle mucho más espacio a la literatura que a la política, por ejemplo (aunque luego llegan esos pedazo de guiñoles de carne y hueso que son los políticos y me lo ponen en bandeja, y uno es débil y me cuesta resistirme a la crítica cítrica). Junto a las entradas de siempre, hablaré de mis proyectos individuales y colectivos (Editores Policarbonados), de los ajenos (como puede ser la inminente publicación de El método Coué) y de todo aquello que me parezca interesante. No quiero hacer un blog literario, ni mucho menos. Ni me apetece ni estoy preparado para ello, pero sí que será un pequeño altavoz literario para mí y para todo el que se asome a esta nueva ventana (y como alguno no se asome, tranquilos y tranquilas que ya le asomaré yo, que hay por ahí unos cuantos escritorcillos y escritorcillas con dudas que ya me encargaré yo de tirar por tierra, y no miro a nadie...).
¡Joder, cómo bebéis! Se está acabando el hielo y las cerves, así que me las piro a comprar más. No me seáis adolescentes y no me pongáis los pies en las paredes ni aprovechéis para llamar por teléfono a vuestro primo armenio con el que hace siglos que no habláis, que nos vamos conociendo. Y de cantar nada que los vecinos son un poco tiquismiquis. Si acaso dedicaros a rimar, pero en bajito y en consonante...

Besitos/azos a todos y a todas, y bienvenidos a mi nuevo zurdohogar.