La tinta azul dejó un reguero... Jamás título de un relato fue tan atinado.
Me explico. Ayer, en la jam session de los Diablos Azules, Luis Ricardo Suárez (poeta y cuentista) me dedicó el relato que reproduzco a continuación. Y digo que el título es bien acertado porque parece que La tinta azul de la memoria, mi primera novela, dejó un reguero que, después de más de cinco años de su publicación (y ya descatalogada) sigue proporcionándome lectores y críticas. Sin duda es un acicate para seguir en la brecha. Luis Ricardo, muchísimas gracias. Créeme que tu relato llega en un momento idóneo:
El editor demenciado lanzó el bolígrafo por la ventana: había terminado su novela. Un reguero de tinta azul quedó en el suelo de la acera después de que un alma caritativa recogiese el boli y lo tirase a la papelera: La tinta azul de la memoria.
Jacinto era escritor. Pasó con su silla de ruedas por encima del reguero. Iba camino de la muerte.
Jonás era ingeniero de Montes. Pasó con su silla de ruedas por encima del reguero. Iba camino de la vida.
Luis era una incógnita. Llegó con un montón de hojas en blanco bajo el brazo. Se arrodilló junto al reguero y fue empapándolas una a una con los restos de tinta azul. Consideró que era la mejor forma en que un autor le podía decir a un editor que le había gustado su novela.
PD: Aunque el libro esté descatalogado, todavía quedan algunos ejemplares y se pueden adquirir aquí:
PD2: Si algún editor más loco de lo habitual quiere leerlo para valorar su posible reedición, no tiene más que gritar y le mandaré un ejemplar gustoso. Es cierto que ahora ya estoy con nuevos proyectos, pero no es menos cierto que me gustaría que alguien mimara La tinta azul de la memoria, ya que la anterior editorial no lo hizo.
6 comentarios:
¡Qué guay, Zurdito! Enhorabuena.
:)
!Dios! Vosotros ya confabulando y yo sin enterarme... y encima seguro que Luis ya me ha ganado. !Mecachis!
Mariano, editora, nanay, ya sabes que no, pero a lectora no me gana nadie.
Un relato perfecto para una novela que a mí me gustó muchísimo y que no merece estar descatalogada, en el olvido.
Hala.
Es que no todos los editores son tan buena gente como alguno que conozco yo, por eso no miman los libros ( para ellos son sólo un negocio, como la educación para Figar, vamos)
¡Salud y libros!
Y qué libro más bonito...
Besicos
Yo también fuí un lector
y visualizador de esa tinta
azul de la memoria.
Saludos zurdos >_-
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