23 de diciembre de 2009

El estornudo de un koala

Soy muy malo para las edades, pero calculo que la media de los dos sería de unos noventa años. Ella estaba más avejentada y el más encorvado. Esperaban pacientemente bajo la marquesina de la parada del autobús. A que llegara, o simplemente a que escampara.
Agarrados cariñosamente de la mano, mantenían una conversación de la que fui incapaz de sustraerme. Llamadlo cotilleo, curiosidad de escritor o puro aburrimiento:
-Bueno, pues entonces quedamos en eso, cuando acabes la cena de nochebuena en casa de tus hijos, te vienes a la mía –le decía ella con tanta ternura que parecía una orden.
-No sé, es que no me apetece nada cenar con ellos, preferiría pasar la noche contigo.
-Ya, pero a tus nietos les hará ilusión estar contigo…
-¿A mis nietos? La una estará pendiente de su hijo, la otra de su novio y Jorge estará intentando batir el record mundial de mandar sms a todos los amigotes…
-Mira que eres cascarrabias, sabes que les hace ilusión estar contigo, aunque sólo sea por eso, para disfrutar de tus pataletas de viejo y de tus batallitas de abuelo. Lo dicho, cenas con ellos, te coges un taxi y te vienes a mi casa.
-Como tú quieras, pero insisto, mi presencia allí será para ellos como el estornudo de un koala…

Y claro, como comprenderéis se me encendieron todas las alarmas. ¿El estornudo de un koala? Y luego dicen que por qué escribo y de dónde saco lo que escribo… Las frases ya están hechas, sólo hay que ordenarlas. Ni corto ni perezoso me acerqué a la pareja:

-Perdone señor, pensará usted que me meto donde no me llaman, pero es que estaba escuchándoles sin querer y le he oído decir una expresión que me ha llamado mucho la atención. Verá, soy aprendiz de escritor y me gusta recoger frases e historias de la gente.
-Queda usted perdonado, joven, pero mire que me extraña que algo que salga de este par de vejestorios pueda interesarle a nadie.
-Cascarrabias… -murmura y sonríe ella.
-¿Y qué he dicho que le haya llamado tanto la atención? –continúa él con un mohín de enfado ensayado que seguro que espera la recompensa de la carantoña que le dedica ella.
-Pues mire, es que ha dicho usted algo del estornudo de un koala. Jamás había oído esa expresión…
-No me extraña nada joven que jamás la haya oído, pero ha cometido usted un error. Rece para que venga su autobús rápido o prepárese para una larga batallita.

Esta vez nos reímos los tres y le invito a él a que me lo cuente.

-Seré breve porque quiero reservar mis energías para aburrir en nochebuena a mis nietos. Hice la guerra en el bando republicano. Los meses que estuve en el frente los compartí con Matthew, un espigado y pelirrojo australiano. Jamás comprendí por qué se jugaban el pellejo él y otros muchos como él tan lejos de su tierra. Lo comprendí después, cuando perdimos la guerra y Europa empezó a llenarse de dictadores.
-Ataja Manolo, que este chico es escritor, no confesor ni notario…
-Matthew sabía muy poco español, por no decir nada, pero nos entendíamos a la perfección. Compartir miedo y peligro es el mejor traductor del mundo. El caso es que de las pocas frases que decía en español, y la decía constantemente, era lo de “esto es como el estornudo de un koala”. Lo que nunca conseguí es que me explicara qué significaba la expresión, y desde entonces yo la uso según me viene en gana. Total, como nadie me suele hacer caso, lo mismo me da…
-Usted sí que no debe de hacerle caso. La Navidad le pone triste y lo paga con todo el mundo.
-No se preocupe, a mí tampoco me gusta y me vuelvo más huraño de lo normal. ¿Y qué fue de Matthew?
Los ojos de Manolo brillan. No sé si por la lluvia de las nubes o por la del recuerdo. Cuando se dispone a contestarme llega mi autobús. Con gusto lo perdería, pero estos días voy con los segundos contados.

-Disculpen, pero me tengo que ir, no puedo perder el autobús.
-Tranquilo, demasiado nos ha aguantado usted.
-Muchas gracias –les digo mientras subo al autobús.
-¿Gracias por soltarle una batallita? Le juro que es la primera vez que nos ocurre –y se besan con una amplia sonrisa.
-Y no sólo por eso –les contesto.

Se cierran las puertas. Y ya no oyen mi despedida: Salud y República…

PD. Una vez más, esta entrada es producto de un reto entre blogueros y cervezas. Mala mezcla. Los otros locos retados son: Belén in red, Simpulso, Free os Cope Taxi Clú y los que se vayan apuntando al sarao...

17 comentarios:

Belén dijo...

Eso es mentira! esa frase no la dijo un viejo!!!!

¿o si?

;)

Besicos ;) y salud!

Juan Duque Oliva dijo...

FElices y republicanas fiestas

lidia dijo...

jajajjajaj...:)

Irreverens dijo...

Estáis fatal.
XD

Pero está claro que lo del koala sólo podía decirlo un australiano.
:D

Que pases estos días lo menos huraño posible.
:P

estilografic.blog dijo...

Anda, que menos mal que me largue prontito, que si no me pilláis por banda.

¡Feliz estornudo y próspero año huevo!

Huevo de koala, por supuesto.

Wen dijo...

Ya vale de dar envidia, no? Ains... que poca vergüenza Mariano, qué poquita vergüenza !

Alena.Collar dijo...

Atchisss...

arena dijo...

Hola
pasaba por aqui cargada con un saco muy grade, lleno de buenas intenciones para el año que llega, te lo dejo por aqui para desearte unas felices fiestas y un buen año
Saludos de ArenA

Loli Pérez dijo...

jajajajaja, Un relato divertido, y con buenos diálogos.
Si me da tiempo leeré los otros.

Me gusta tu blog y cómo te enrrollas en él.

Saludos cordiales.
L;)

Amando Carabias dijo...

Simplemente maravilloso. Esa parada de autobús es un filón. Ojalá uno supiera la dirección y la hora en que el taxi pare en la casa de ella, porque una nochebuena con este hombre puede ser suficiente para escribir varias novelas...
Las historias de amor siempre me han gustado.
Muy felices días, a pesar de todo.

Anónimo dijo...

Nada, pasando por acá, buen blog. Me gusto el diseño igual que el de la librería. Fino, como dicen en Caracas.

Jove Kovic dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=vFYgsaf-xYc

Raquel dijo...

Ahora que he leído el blog de Belén ya me voy enterando del juego.
Hola!
Voy a leer a los demás
Besotes

Eva dijo...

Pues a mí me ha gustado mucho tu historia pero... ¿que pasó con Mathew?
Así soy yo me quedo con lo insustancial.
Un abrazo y muy feliz Navidad.

Sherpa dijo...

MAGISTRÁL, MRS. ZURDO!!!

Solo un GRANDE como tú sería capaz de mezclar conceptos tan deliciosos como: Amor furtivo en la tercera edad, brigadistas internacionales y koalas con rinitis.
Creo que también me apuntaré a la próxima... interesante experimento.

Mariona dijo...

Así da gusto...

Besos.

Alena.Collar dijo...

Servidora (de nadie) tá preocupá...vaya a ser que el koala le haya contagiao los estornudos...porque aquí no "paice " ni el tato...
(Perdón por el lenguaje, pero es que aquí la menda es de "Madriz"...