Me lo he encontrado en muchos sitios desde hace mucho tiempo (entiéndase como más de diez años, o más). Es un guitarrista diestro (en todas sus acepciones, bueno, más bien en las acepciones 2ª y 3ª de la RAE, porque de matador de toros mucha pinta no tiene y me faltan datos para confirmar las otras). Es un tipo que ha tocado con gente conocida, pero no sabría decir cuál. Sólo sé que le he visto alguna vez en la tele. Normalmente le veo tocando en la calle o en el metro (con el frío de estos días, sus últimas actuaciones han sido suburbanas.
Casi siempre toca canciones de Mark Knopfler. Sin duda una magnífica elección para mostrar sus virtudes recorriendo el mástil. Hoy estaba tocando Going Home (del álbum/película Local Hero).
Me gusta cómo toca; es espectacular cómo toca. Me fascinan los guitarristas que pasean por los trastes sin inmutarse, sin aspavientos, sin ejercicios circenses ni posturitas roqueras. Claro, que el guitarrista diestro se pasa. Es un palo con diez dedos haciendo música. Y si su cuerpo está tieso, su cara está congelada. Parece que le han puesto una careta con una foto fija (foto fija, menuda gilipollez). Mantiene una cara neutra. Si acaso parece aburrido. El contraste es impresionante. Siempre me pregunto cómo puede hacer música tan buena expresando tan poquito con la cara, porque no se limita a dar las notas correctas a una velocidad de vértigo, sino que consigue transmitir.
El caso es que hoy subía yo el último tramo de salida (esta escalera sí que funcionaba, ¡milagro!) y le escuchaba. Suelo abandonar la lectura para mirarle a la vez que le oigo (para disfrutar de esa paradoja de la que os hablo). En medio de un punteo vertiginoso se le ha acercado una pareja de orientales (siempre he sido incapaz de diferenciarlos por países). Le han pedido por gestos si podían sacarle una foto. Así que ella se ha pegado al guitarrista diestro y, mientras él seguía tocando, ella le hacía carantoñas y posaba cual modelo en pasarela.
Quizás la anécdota tendría más sustancia si el guitarrista diestro hubiera permanecido impasible, si su careta rígida no hubiera dejado de serlo, pero se ha reído como un poseso (eso sí, de cuello para abajo seguía siendo un palo con diez dedos haciendo música). Casi nada en la vida es perfecto, ni siquiera las anécdotas (a no ser que te las inventes/maquilles).
Quizás la anécdota no dé para una entrada de blog, pero acostumbrados a fijarnos casi en exclusiva en bombazos informativos (y de los literales), de vez en cuando conviene detenerse en las pequeñas cosas de la vida (ésta es minúscula, nanocosa, diría yo). O no.
Casi siempre toca canciones de Mark Knopfler. Sin duda una magnífica elección para mostrar sus virtudes recorriendo el mástil. Hoy estaba tocando Going Home (del álbum/película Local Hero).
Me gusta cómo toca; es espectacular cómo toca. Me fascinan los guitarristas que pasean por los trastes sin inmutarse, sin aspavientos, sin ejercicios circenses ni posturitas roqueras. Claro, que el guitarrista diestro se pasa. Es un palo con diez dedos haciendo música. Y si su cuerpo está tieso, su cara está congelada. Parece que le han puesto una careta con una foto fija (foto fija, menuda gilipollez). Mantiene una cara neutra. Si acaso parece aburrido. El contraste es impresionante. Siempre me pregunto cómo puede hacer música tan buena expresando tan poquito con la cara, porque no se limita a dar las notas correctas a una velocidad de vértigo, sino que consigue transmitir.
El caso es que hoy subía yo el último tramo de salida (esta escalera sí que funcionaba, ¡milagro!) y le escuchaba. Suelo abandonar la lectura para mirarle a la vez que le oigo (para disfrutar de esa paradoja de la que os hablo). En medio de un punteo vertiginoso se le ha acercado una pareja de orientales (siempre he sido incapaz de diferenciarlos por países). Le han pedido por gestos si podían sacarle una foto. Así que ella se ha pegado al guitarrista diestro y, mientras él seguía tocando, ella le hacía carantoñas y posaba cual modelo en pasarela.
Quizás la anécdota tendría más sustancia si el guitarrista diestro hubiera permanecido impasible, si su careta rígida no hubiera dejado de serlo, pero se ha reído como un poseso (eso sí, de cuello para abajo seguía siendo un palo con diez dedos haciendo música). Casi nada en la vida es perfecto, ni siquiera las anécdotas (a no ser que te las inventes/maquilles).
Quizás la anécdota no dé para una entrada de blog, pero acostumbrados a fijarnos casi en exclusiva en bombazos informativos (y de los literales), de vez en cuando conviene detenerse en las pequeñas cosas de la vida (ésta es minúscula, nanocosa, diría yo). O no.
ACTUALIZACIÓN BALADÍ BALADÁ (02/12/08)
Se me olvidó decir que el guitarrista diestro estaba ayer tocando en uno de los rincones del metro más solicitados, por lo que el elenco de artistas es de lo más variado.
Hoy había un artista nuevo. Tocaba Kalinka pero en vez de hacerlo con una balalaica, la interpretaba al banjo... ¿Quién dijo guerra fría?
12 comentarios:
Me has recordado a lo que le preguntó una fan de Roland Orzabal (tears for fears) a este mismo:
como es posible que alguien que haga canciones tan sensibles sea tan frío?
Le hizo una canción...
http://www.youtube.com/watch?v=Cz6mlqnIsr8
(cosas de artistas, me imagino)
MIl besos
que comprende usted por diestro en guitarra.
¿la mano que manda los trastes o la que toca?
saludos ambizurdos
Yo te dejé un comentario anoche... pero el blogger éste de los huevos se lo cargó.
:(
Y nada, que ya no me apetece repetirlo. Más que nada porque tampoco recuerdo qué te decía.
Abracémonos y pasemos a otra cosa, mariposa.
XD
Me da que yo, que soy también habitante del metro como tú, conozco de vista y de oído a ese tío. Ya me ha pasado alguna vez con algún que otro personaje o lugar de los que describes en tus crónicas del metro. Y es que el mundo metropolitano es un pañuelo.
Los orientales en cambio no me suenan, como no me des más datos...
Belén, pues sí, el artisteo da para todas las combinaciones posibles.
Luna Meyer, ortodoxamente hablando supongo que se será diestro con la izquierda en el mastil y la derecha rasgando las cuerdas, pero vamos, que yo soy más de triángulo.
Irreverens, pues me quedo con el abrazo que hace un frío...
Estilografic, los ojos rasgados, estos orientales tenían los ojos rasgados.
Subir las escaleras del metro andando es un gran ejercicio, te lo recomiendo, yo lo hacía por defecto cuando cogia el tubo, otra cosa son los que no pueden hacerlo, gran putada el que estén rotas. Los músicos del suburbano son buenos, aún recurerdo la canción "estoy en crisis" de los subsodichos. Los orientales son la bomba, siempre son fuente inagotable de anecdotas. Y por último, premio para quién vea/oiga "Yanki doodle dandy" a la balalaica.
¿Pero rasgados en horizontal o en vertical?
Cada uno se concentra a su manera, no? :)
sé quién es!!! en tribunal verdad?
Aquí vuelvo, clandestinamente, je, je, pues ya terminé el relato del guitarrista zurdo, me encantó, no me hubiera importado otra nueva historia con un guitarrista diestro.La verdad que voy lento, porque me propongo leerlo solamente en el metro en la ida porque a la vuelta cogo el bus, y decía que solo cuando coga asiento en el metro, pero hoy hasta de pie me puse a leer los relatos metropolitanos, porque que más da de pie o sentado si es en el metro, ja, ja. Saludos zurdos y seguiré informando.
Hay tanto artista por el metro... Es una pena que tengan que tocar en esas condiciones....se merecen bastante más.
Pd: He estado atando cabos y creo que ya se quien son los orientales!
Saludos
... Me basta con caber que toca canciones de Knopfler. Eso ya es ser un artista.
Besicos de limón
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