Una de cal y otra de arena

Hoy quería hablar de doña CAM (alias, comunidad autónoma de Madrid), y para que mi demagogia no se engorde en exceso, daré una de cal y otra de arena, eso sí, reconociendo abiertamente que tengo una dislexia refranero-dicharachera. Hablando en plata, que nunca he sabido cual de las dos era la mala y la buena de la película, si la cal, la arena, la cara o la cruz.
No asustarse, que no voy a hacer una disertación sobre los males de doña Esperanza, que ganas no me faltan (pero sí, tiempo). Sólo voy a poner dos ejemplos reales que estoy sufriendo en mis carnes de una manera más o menos directa.

Para quitármelo cuanto antes, empezaré con lo malo (¿cruz y cal?, joder qué lío):
Mi hermana trabaja en un colegio público de la comunidad de Madrid. Es maestra de infantil. Ya empezado el curso, les acaban de comunicar que van a cerrar dos aulas, una de 5 años (último curso de infantil) y otra de 6 años (1º de primaria). ¡Claro, la natalidad! –pensaréis muchos-, que se folla mucho (el que puede) pero sin procrear, porque somos unos egoístas que no pensamos en que hay que llenar los colegios públicos.
Pues no, gracias por el intento, pero no es esa la razón. El colegio está en una zona nueva de Madrid con familias jóvenes con hijos. La razón es que la comunidad de Madrid le ha dado la licencia a un colegio concertado católico. El titular es un cura bastante conocido de la zona y ha hecho campaña y se ha llevado a muchos niños. Muchos dirán que los padres son libres de llevar a los niños donde quieran y de aprovecharse de la oferta educativa que se les ofrece. Pues sí, eso es cierto. Lo lamentable es la política educativa que lleva arrastrando la comunidad de Madrid desde siempre, y más desde que el consejero Peral (ahora en otros asuntos) empezó a primar las licencias de colegios privados ultracatólicos y colegios concertados católicos. Y que nadie se olvide, un colegio concertado es de titularidad compartida entre un ente privado y otro público. Los niños no pagan pero los contribuyentes sí. Yo soy ateo, respetuoso con las religiones, con las personas que creen en lo que sea siempre que no dañen a nadie, pero soy abiertamente beligerante con la jerarquía católica. Me parece una vergüenza el apoyo a esta institución desde la educación madrileña. Y que luego me hablen de que educación para la ciudadanía es un elemento de adoctrinamiento de rojos, abortistas y maricones…
¿Resultado de este posible cierre?:
-dos interinas a la calle.
-una maestra sin clase que se dedicará a dar apoyo a todas.
-separar a los niños empezado el curso, cuando llevan la mayoría tres años con los mismos compis y con la misma maestra.

Y ahora lo bueno. Hace un porrón de meses me tocó una cosita en un sorteo. Es la primera vez que me toca algo en mi vida (bien es cierto que juego poco). Esta vez, por qué no decirlo, me tocó el premio gordo de la lotería: una casa de alquiler de la CAM. Nos la prometíamos muy felices todos los adjudicatarios (dentro de pocos dejaremos este nombre tan feo para llamarnos vecinos), pero no podía ser tan fácil. ¿Alguien lo adivina? Pues sí, la señorita del fondo ha dado en el clavo: la promotora se declaró en suspensión de pagos. Han sido unos meses terribles, familias en una situación dramática que de repente se quedaron prácticamente sin un techo donde cobijarse (y hoy tampoco es una metáfora, es la puta realidad).
Pues bien, con diez meses de retraso pero hoy he firmado el contrato. Todavía no nos han entregado las llaves, pero creemos que será en breve.
En este caso, (¿la arena y la cara?, leñe, sigo sin enterarme…), el IVIMA no se ha portado mal del todo y ha intentado mediar en este desaguisado y acelerar todos los procesos. Otras promociones han sido igual de desastrosas e incluso más. La comunidad de Madrid se maquilla con proyectos atractivos que luego no controla como debería. Vale, lo reconozco, esta era la parte buena, pero me indigna porque no están regalando nada. Son medidas sociales necesarias, no dádivas de doña Esperanza.
Aun así, hoy es día para celebrarlo. ¡¡¡YUPPPPPPPPPPPPPI!!!