26 de agosto de 2008

Relato zurdo y sin título

Se pasó toda la noche dando vueltas en la cama, tanto que el colchón más bien parecía una sucesión de laderas escarpadas, merced a los pliegues de la sábana, que en número, como los anillos en los troncos de los árboles, hablaban de largas horas de insomnio.
La almohada, fruto del rozamiento, a esas horas ya era tan dura y lisa como un canto rodado erosionado por las olas constantes de un mar sin sobresaltos.
Sin literaturas, otra puta noche sin dormir, la cuarta consecutiva sin pegar ojo. Para él era una situación novedosa. Jamás problema alguno le había quitado ni el hambre ni el sueño ni le había estropeado su maravillosa regularidad intestinal. Realmente no había pasado nada excepcional que aparentemente justificara el insomnio, y esa falta de razones añadía vueltas de cama y horas de vigilia.
Ni siquiera podría alimentarse con la compasión paseando su alma en pena por los largos pasillos de su oficina porque estaba de vacaciones. Ni podría tostar la palidez en la playa porque estaba pasando las vacaciones en casa.
- ¿Te quedas en Madrid por la crisis?
Y él contestaba que sí, por la crisis.
Y callaba que sí, por la crisis emocional (entre sus chaladuras todavía no tenía previsto viajar solo). Que nadie se anticipe, porque el insomnio nada tenía que ver con su último fracaso sentimental. Él fracasaba con la misma facilidad con la que otros aciertan.
Durante esos cuatro días (porque la noche sólo era la parte en penumbra del insomnio) probó de todo, desde bebedizos caseros que recordó de las matracas que le soltaba su abuela, hasta montar hasta la extenuación en su bici estática (y nunca mejor dicho lo de estática, porque así había permanecido desde que la compró).
Practicó ejercicios de relajación que le pusieron más nervioso. Se masturbó compulsivamente buscando un agotamiento que llegó, pero acompañado del hastío antes que del sueño.
Cuatro días sin dormir dan para buscar pecados mortales, heridas sin cerrar, traumas infantiles, letras sin pagar, remordimientos, arrepentimientos, ansias. Incluso dan para no encontrar nada. Cada segundo estéril que pasaba por el chino del análisis prometía convertirse en una semana más de párpados abiertos.
Le dio tiempo a revisar sus últimas decisiones y sus penúltimas cobardías hasta el aburrimiento, y decidió que para aburrirse era mucho más divertido ver la teletienda.
Y escuchando "¿Está cansado de usar cuchillos que no cortan? ¿Está harto de que unos cuchillos desafilados arruinen una cena especial? ¿Le frustra pasar tanto tiempo preparando una comida? Le presentamos el nuevo conjunto de cuchillos Miracle Blade III” se quedó cuajado en el sofá como la bella durmiente tras cuatro días de mordisquear una manzana de efecto retardado.
PD. Este relato no tiene título, al igual que no tiene moraleja ni trascendencia alguna, como un tanto por ciento elevado de la vida misma.

17 comentarios:

magofez dijo...

No hay mayor razón para tener insomnio que no tener razones para tenerlo. Yo estaría preocupado, je!

Saludos!

Irreverens dijo...

Espero que no te hayas inspirado en tu persona para escribirlo...
:)

¡Qué jodido tiene que ser el insomnio!
(Déjame que cruce los dedos...)

Besos

Anónimo dijo...

Uy, insomnio, si eso es lo mío... Menos mal que de día no tengo tiempo de darme cuenta del cansancio que arrastro, si no, no sé cómo yo los pasaba...

Total, que sí, que la tele es muy didáctica, verdad.

Besos.

wen- dijo...

Lo más cerca que he estado del insomnio en mi vida ha sido algunas veces que no puedo dormir y acabao levantándome 73 veces para hacer todo tipo de chorradas. Luego siempre me pasa lo mismo, cuando me quedan pocos minutos para tener que irme me quedo frita y maldigo cuando suena el despertador. Luego me paso el día hecha papillita y oxigenando el cerebro.
Debe ser jodido lo del insomnio.... aunque en ocasiones he tirado de pastillas no suelo hacerlo :)

Raquel dijo...

Sin título y sin moraleja tal vez, pero ahí está todo lo que cuenta, sin desperdicio.
Besotes

belenmadrid dijo...

me ha costado pillar lo del chino... maldita polisemia!

Luna Carmesi dijo...

Y a mi que este relato me parece en interesante ejercicio literario con pinceladas de tinta muy personal...

Cosas mias...

:-)

Besos.

Mariano Zurdo dijo...

Wilde, o eso, o tener muchas. O no.

Irreverens, tranquila que no me he inspirado en mí. Yo suelo dormir como el lirón careto…

c.o.v., la tele es un gran somnífero y, si no, entretiene como el libro gordo de Petete.

Wen, a mí sólo me cuesta dormir los primeros días de alergia. Lo paso fatal, así que ni imagino lo que tiene que sufrir un insomne.

Raquel, tú que me ves con buenos ojos, que tienes cinco (incluidas las gafas y tu cámara).

Geminisdespechada, di que sí, que debería estar prohibida como la poligamia, hombrepordios…

Luna Carmesí, un ejercicio literario es. Eso sí, tintes personales pocos (como no sea lo de la masturbación compulsiva…) XDDD

Belén dijo...

Yo tampoco suelo tener problemas con eldormir, suelo ser incluso de las que no dejan decir ni buenas noches, pero si me ha pasado como wen, de nopoder dormir o hacerlo mal y cuando va a sonar el despertador... aissss

Besicos

Isabel dijo...

Retazos de vida y realidad. Me he visto reflejada en muchas líneas, demasiadas…quizás. Como tú bien dices: la vida misma Mariano.

Y bueno; feliz regreso, ya veo que has vuelto con energías renovadas, la proesía 23 es buena muestra de ello, como lo es esta entrada.
En fin a saber… solo tenemos el instante del ahora, el después nunca se sabe.
No me gusta el adiós, me gusta el hasta siempre y te iba a dejar besos, pero te dejo un abrazo.

Anónimo dijo...

Venía a darme una vueltecita por las Españas.
Mariano eres superurbano, metros insomnios...
Va todo bien con la librería?Espero que esteis contentos.
Besos

Martín Gvevara dijo...

Mis noches de insomnio!!!

Mi retrato!

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me gustaria que opinaras en el microrelato "Soñe Justicia"

http://concurso-tallerliterariorg.blogspot.com/2008/07/soe-justicia.html

Gracias.

Nando Bonatto dijo...

La rubia del cuchillo dio paso a un supuesto ex gordo/a inevitablemente sonriente , que insiste en vendernos la felicidad en apenas un llamado telefonico sin decirnos siquiera el precio.
La heladera ya esta vacia para entonces, hace ya 15 días que esta vacia de nada,de sabores.Apenas muestra una luz entre las nieblas pequeñas que salen desde sus cubos de hielo, transformados ahora en glaciares que nos recuerdan que es hora de descongelar el aparato de una buena vez.
La ventana abierta nos trae la ineludible sirena de la ambulancia o la policia y uno putea pensando que es lo que nos despertaria en el supuesto improbable que alcancemos el sueño a la sirena le responden aullando los siberianos de la casa de al lado,con esos ojos
inquietantes ,que jamás rien como los amables de mi labrador que desde su cucha duerme y duerme ladrando en sueños.Así desde hace miles ya de noches alargadas in eternum, apenas combatido el puto insomnio con siestas entre ruidos
ciudadanos,gritos familiares y sin remedio ni manera de combatir ese zumbido que nos perfora los ojos desde dentro .
Golpes zurdos de insomnio unica manera quizas de responder en forma fehaciente al Velad Velad
mandato aquel de Machado que nos pedia mantener los ojos abiertos a como de lugar

saludos cordiales desde el

http://poesiayramosgenerales.blogspot.com/

estilografic.blog dijo...

Pues yo si que le saco moraleja:
"Este mundo no hay quien lo entienda
lo mejor contra el insomnio: la teletieda."
Paso a saludar rapidito que me voy de nuevo. Espero que vaya todo bien por la librería.

AdR dijo...

Así sin título el relato está muy bien, por los efectos del insomnio, que no sabemos qué título ponerle a aquello, si yo con una noche tengo para pensar en todo lo que has escrito y más... no me puedo imaginar cuatro noches.

Algunas he pasado.

Abrazos.

Unknown dijo...

yo duermo como un ceporro, siempre he compadecido a los insomnes...

mgqseaml dijo...

Algún día tendrás que publicar tu blog...
Muaksssssssss