¡Qué gran novedad!: las escaleras mecánicas del metro Herrera Oria otra vez estropeadas... Ayer ya no funcionaban y lo novedoso es que hoy ya estuvieran arregladas. Es mi decimonona entrada sobre las escaleras mecánicas estropeadas de Herrera Oria (en la última, contaba como un chico con parálisis cerebral se tenía que poner su traje de superhombre para poder descender a las catacumbas del metro). Ayer, cuando volvía de trabajar, una mujer y un hombre (y yo qué sé si eran pareja, padres ambos del mismo niño, o madre y samaritano o padre y samaritana), descendieron ese Everest de escaleras con el carrito de un bebé como si fuera un paso de semana santa. Ya sé que no se ha inventado la máquina que no se estropee, pero vamos, que digo yo que todo lo que sube baja y todo lo que se estropea se arregla. Y todavía hay quien me discute que las infraestructuras madrileñas son un desastre...
Ya digo que no es una novedad que se estropee, por desgracia. La novedad esta vez ha venido en el cartel de aviso. En vez del manido: “Escalera mecánica de bajada estropeada”, hoy había otro mucho más bonito “Bajar por la escalera de piedra” (inmediatamente he buscado la escalera de madera, la barra de bombero, el tobogán, el ascensor ultrasónico, la liana con sus nudos para descender con seguridad, el transportador de materias...). Creo que no lo he soñado, aunque mi sensación esta mañana es que mi sonambulismo ha alcanzado cotas tales de perfección que, aún dormido, he conseguido levantarme, ducharme, afeitarme, desayunar, coger el metro, leer unas cuantas páginas de El Abrecartas de Vicente Molina Foix (que recomiendo encarecidamente) y sentar mi culo en el zulo sin haber despertado del todo, circunstancia que creo que se nota perfectamente en cada línea de esta entrada.
Y el caso es que no quería hablar ni de las escaleras del metro, ni del cartel de “bajar por la escalera de piedra” (lo que yo te diga). Cuando lo he leído, y bajando ya por la roca escalonada cual aguerrido montañero, he pensado cuántas personas habrán leído el cartel y cuántas de ellas se habrán percatado de lo que ponía. Y para colmo de los colmos, quién se habrá sorprendido de ésta descotidianidad. Y también he empezado a desbarrar y me ha dado por pensar en posibles carteles para darle literatura a la avería: “Bajar por la escalera de naturaleza estática”, “Bajar por la escalera de aspecto marmóreo y probado estatismo” (incluso podría recurrirse a pareados estilográficos del tipo: “Por avería de la escalera mecánica, descender a pie por la estática”). Bueno, qué queréis, es que al contrario que a otras personas, a mí no me da miedo a hablar conmigo mismo y lo practico demasiado a menudo...
Y ahí no ha acabado la cosa. He abierto un debate interno sobre por qué me fijo yo en estas cosas, si por mi oficio de corrector o por la herencia. No, herencia económica no, el que me quiera que lo haga por mi físico hercúleo, que soy un escritor bohemio, pobretón y, para más INRI, zurdo. Me refiero a herencia de costumbres, porque mi abuela iba radiando todos los carteles que veía por la calle: Zapatería Alonso y Dori, Pescadería el pescado fresco, Se alquila, razón en portería... Menuda era, no se le escapaba ni la letra pequeña a sus noventa años. Esta opción es la más romántica, pero la realidad es que mi profesión de corrector hace que me haya convertido en un detector impenitente de faltas de ortografía, erratas y tonterías varias en libros, periódicos, prospectos, publicidades, anuncios de la tele, rótulos, carteles de hombres-anuncio, camisetas... Todo aquello que tenga letras se cuela sin permiso hasta mis retinas, y de ahí hasta mi diccionario cerebral, activando una molesta sirena con sonido de chicharra y más luces que la feria de Sevilla, sirena que interrumpe la actividad que estuviera desarrollando. Un asquito, la verdad. Leo una novela, y me hacen la zancadilla las patadas al diccionario, los esguinces de teclado y las maquetaciones picasianas (hace poco leí una de Seix Barral y estuve a puntito de encadenarme en la puerta de la editorial hasta que no me devolvieran el dinero).
Pero mi lucha preferida es con El País digital. La versión celulítica (perdón, perdón, que últimamente pasó por el quirófano, quería decir la versión celulósica) ya tiene sus buenas dosis de errores ortotipográficos y de maquetación, pero la naturaleza urgente de las ediciones digitales hace que los errores se multipliquen. No sé en otros diarios, pero El País tiene habilitada una herramienta en todas las noticias para que los lectores puedan enviar las correcciones que detecten. Al principio hasta me hacía gracia, pero dejé de utilizarla cuando los errores eran recurrentes y diarios y, lo más grave, que muchas veces no los rectificaban. Que contraten correctores profesionales si quieren mejorar el producto, vamos, digo yo, aunque por desgracia la mejora se mida casi en exclusiva por las ventas o el número de visitas.
Ayer, sin ir más lejos, leí este bonito titular: Muchos eslóganes, un sólo partido. Directamente mandé un correo electrónico a la redacción, correo que muy amablemente ponen a disposición de los lectores. El titular no lo rectificaron (por lo menos hasta por la noche, después no sé porque tengo la fea costumbre de dormirme), lo que significa que nadie se dio cuenta (ya ni hablamos de mi correo).
Habrá quien piense que soy un exagerado, que por un acento no pasa nada, que el mensaje se entiende. Puede ser. No lo discuto. Bueno sí, sí lo discuto, qué leches. Si los profesionales de la redacción y la edición se permiten cierto relajo, ¿cómo vamos a pretender que haya un cierto cuidado del lenguaje por parte de los usuarios de a pie, por no mencionar a los que están en la fase de aprenderlo y consolidarlo? ¿Cómo puedo yo convencer, por ejemplo, a mi amigo J., ingeniero de pro, de que los mails que manda en su trabajo son auténticas bombas dispuestas a dinamitar la comunicación cuando a diario nos acostumbran a lo contrario? Y lo más importante, ¿estaré enfermo? ¿Esto tiene cura, doctor?
Joder, me acabo de despertar. Soñé que estaba escribiendo sobre una escalera de piedra y ahora me encuentro divagando sobre el sólo y el solo. Definitivamente tengo que volver a las terapias grupales de Correctores Anónimos...
Ya digo que no es una novedad que se estropee, por desgracia. La novedad esta vez ha venido en el cartel de aviso. En vez del manido: “Escalera mecánica de bajada estropeada”, hoy había otro mucho más bonito “Bajar por la escalera de piedra” (inmediatamente he buscado la escalera de madera, la barra de bombero, el tobogán, el ascensor ultrasónico, la liana con sus nudos para descender con seguridad, el transportador de materias...). Creo que no lo he soñado, aunque mi sensación esta mañana es que mi sonambulismo ha alcanzado cotas tales de perfección que, aún dormido, he conseguido levantarme, ducharme, afeitarme, desayunar, coger el metro, leer unas cuantas páginas de El Abrecartas de Vicente Molina Foix (que recomiendo encarecidamente) y sentar mi culo en el zulo sin haber despertado del todo, circunstancia que creo que se nota perfectamente en cada línea de esta entrada.
Y el caso es que no quería hablar ni de las escaleras del metro, ni del cartel de “bajar por la escalera de piedra” (lo que yo te diga). Cuando lo he leído, y bajando ya por la roca escalonada cual aguerrido montañero, he pensado cuántas personas habrán leído el cartel y cuántas de ellas se habrán percatado de lo que ponía. Y para colmo de los colmos, quién se habrá sorprendido de ésta descotidianidad. Y también he empezado a desbarrar y me ha dado por pensar en posibles carteles para darle literatura a la avería: “Bajar por la escalera de naturaleza estática”, “Bajar por la escalera de aspecto marmóreo y probado estatismo” (incluso podría recurrirse a pareados estilográficos del tipo: “Por avería de la escalera mecánica, descender a pie por la estática”). Bueno, qué queréis, es que al contrario que a otras personas, a mí no me da miedo a hablar conmigo mismo y lo practico demasiado a menudo...
Y ahí no ha acabado la cosa. He abierto un debate interno sobre por qué me fijo yo en estas cosas, si por mi oficio de corrector o por la herencia. No, herencia económica no, el que me quiera que lo haga por mi físico hercúleo, que soy un escritor bohemio, pobretón y, para más INRI, zurdo. Me refiero a herencia de costumbres, porque mi abuela iba radiando todos los carteles que veía por la calle: Zapatería Alonso y Dori, Pescadería el pescado fresco, Se alquila, razón en portería... Menuda era, no se le escapaba ni la letra pequeña a sus noventa años. Esta opción es la más romántica, pero la realidad es que mi profesión de corrector hace que me haya convertido en un detector impenitente de faltas de ortografía, erratas y tonterías varias en libros, periódicos, prospectos, publicidades, anuncios de la tele, rótulos, carteles de hombres-anuncio, camisetas... Todo aquello que tenga letras se cuela sin permiso hasta mis retinas, y de ahí hasta mi diccionario cerebral, activando una molesta sirena con sonido de chicharra y más luces que la feria de Sevilla, sirena que interrumpe la actividad que estuviera desarrollando. Un asquito, la verdad. Leo una novela, y me hacen la zancadilla las patadas al diccionario, los esguinces de teclado y las maquetaciones picasianas (hace poco leí una de Seix Barral y estuve a puntito de encadenarme en la puerta de la editorial hasta que no me devolvieran el dinero).
Pero mi lucha preferida es con El País digital. La versión celulítica (perdón, perdón, que últimamente pasó por el quirófano, quería decir la versión celulósica) ya tiene sus buenas dosis de errores ortotipográficos y de maquetación, pero la naturaleza urgente de las ediciones digitales hace que los errores se multipliquen. No sé en otros diarios, pero El País tiene habilitada una herramienta en todas las noticias para que los lectores puedan enviar las correcciones que detecten. Al principio hasta me hacía gracia, pero dejé de utilizarla cuando los errores eran recurrentes y diarios y, lo más grave, que muchas veces no los rectificaban. Que contraten correctores profesionales si quieren mejorar el producto, vamos, digo yo, aunque por desgracia la mejora se mida casi en exclusiva por las ventas o el número de visitas.
Ayer, sin ir más lejos, leí este bonito titular: Muchos eslóganes, un sólo partido. Directamente mandé un correo electrónico a la redacción, correo que muy amablemente ponen a disposición de los lectores. El titular no lo rectificaron (por lo menos hasta por la noche, después no sé porque tengo la fea costumbre de dormirme), lo que significa que nadie se dio cuenta (ya ni hablamos de mi correo).
Habrá quien piense que soy un exagerado, que por un acento no pasa nada, que el mensaje se entiende. Puede ser. No lo discuto. Bueno sí, sí lo discuto, qué leches. Si los profesionales de la redacción y la edición se permiten cierto relajo, ¿cómo vamos a pretender que haya un cierto cuidado del lenguaje por parte de los usuarios de a pie, por no mencionar a los que están en la fase de aprenderlo y consolidarlo? ¿Cómo puedo yo convencer, por ejemplo, a mi amigo J., ingeniero de pro, de que los mails que manda en su trabajo son auténticas bombas dispuestas a dinamitar la comunicación cuando a diario nos acostumbran a lo contrario? Y lo más importante, ¿estaré enfermo? ¿Esto tiene cura, doctor?
Joder, me acabo de despertar. Soñé que estaba escribiendo sobre una escalera de piedra y ahora me encuentro divagando sobre el sólo y el solo. Definitivamente tengo que volver a las terapias grupales de Correctores Anónimos...
58 comentarios:
Muy bueno lo del cartel. Y lo de las faltas en los periódicos me parece totalmente lamentable. Apoyo tus tesis al pie de la letra.
Tengo en mi casa berlinesa la ortografía de la RAE y recuerdo que "sólo" se puede escribir también "solo" aunque tenga significado de adverbio cuando no lleve a mal entendidos. Pero lo del adjetivo con tilde no lo veo yo muy claro, no.
Joder Mariano bamos a tener que quedar un dia para tratar esas manias ortograficas cronicas que arrastras desde que tengo memoria (ge,ge, de esta me largas de su blog).
No estás solo en tu batalla, Zurdo. (Sí, has leído bien: solo, sin tilde.)
:)
Por cierto: uno de mis pasatiempos preferidos cuando todavía era bien pequeña era intentar leer todos los rótulos y carteles que hubiera por la calle desde el coche en marcha.
Y lo de fijarme en erratas y faltas ortográficas, también, claro.
Besitos
Rodros, algunos parece que en vez de escribir al pie de la letra, ponen el pie encima (qué juego de palabras más bobo, si cuando yo digo que estoy hoy atontao perdido...).
Diego, majete, acabo de enviarte un agente de vigilancia ortográfica con cara de malote que te va a poner los puntos sobre las íes. Que lo sepas.
Irreverens, ¡políglota! Yo sólo sé escribir en castellano y en sms (esto último mal).
No sé a qué viene lo de políglota; releyendo mi comentario no le veo la conexión...
pero gracias.
:)
Ahora me gustaría ser errante para escribirte algo en japonés, que eso sí que mola.
- ¿ande bas, mariano zhurdo
to´sudao i la luenga fuera?
- Te ba a parecer avsurdo:
sa rompío la’scalera.
Jope, qué vergüenza, yo tengo muchos errores y faltas escribiendo normalmente. Algunas por ir a toda pastilla con el teclado y otras porque cuendo dudo, lo escribo y como mejor quede así lo dejo. Es lamentable, es verdad, pero es que odio usar correctores ortográficos y odio más aun repasar los textos. Dejé de hacerlo cuando dejé la facultad.
Como parte del problema prometo esforzarme un poquito en esto, es que me va la cabeza tan derpisa que no me da tiempo a pararme y mirar si he puesto todas las tildes o las haches. Jope. Tu corrígeme si te quedan ánimos Mariano, eh? por mi no te cortes, no me molesta en absoluto que me corrijan.
Por cierto, lo de la observación a mi tb me pasa aunque diferente, con las comaparaciones, siempre comparo todo publicidades, modas, edificios, carteles, películas, todo topo de cosas visuales... les busco los referentes, influencias, etc. No lo puedo evitar y eso sí que es deformación " profesional" en mi caso también. A mi me encanta hacerlo, a David le pone de los nervios XDDD
Perdón la la extensión del comentario joer.
Irreverens, tu poliglotía no la inferí del comentario,
sino de lo que cuentas a diario.
Estilografic, joder, rimas bien hasta con faltas de ortodoncia. ¡Maestro, maestro!
me río un montón con tus textos, es que tienes algo de sutil , de humor para gente despierta, muy bueno
Pero ahora tengo miedo de escribir incorrectamente y que tú me tengas que corregir, espero que no aumente por mi culpa tu stress. También yo soy de leerme todos los carteles cuando voy en coche mientras conducen los demás, lo hago por puro placer!
hazte unas pruebas analíticas antes de acudir a la desintoxicación!!
Wen, no te perdono por la longitud del comentario. Paso. Es que me gustan tus comentarios sean de la extensión que sean.
No soy un gordo pila empollón gafotas (bueno, gafotas sí) que vaya criticando a todo el mundo por las faltas de ortografía. Yo cometo muchas, más en un medio como éste, que invita a escribir deprisa, más, si como es tu caso, escribes sin pensar (y esto es un piropo, y creo que lo sabes).
Lo que me parece grave es que los profesionales de la comunicación descuiden a veces su principal herramienta: el lenguaje.
Eso de 'Agente de Vigilancia Ortográfica' es un eufemismo para 'Virus' si pilla mi disco duro... es que, desde que me dedico a la informática, vivo en un conflicto con la ortografía, que riete tú de las teorías de Freud.
Lucía, con humor entra todo muchísimo mejor, al menos es mi manera de pensar.
Y nada de cortarse, en mi blog no hay requisitos, condiciones, ni normas, ni opiniones prohibidas. ¡Hasta se puede entrar con calcetines blancos!
Diego, si hay algo peor que un psicólogo, es un psicólogo metido a informático. Ains, no hago carrera de ti...
Ah, d'acord. De totes maneres, si vols t'escric en català. Així no hauràs de buscar els errors per corregir-me.
Or I can even write to you in English, if you want.
Oder vielleicht auf Deutsch... Rodos wird es bestimmt verstehen können, nicht wahr?
Besazos, rey.
Irreverens, lo que yo decía, irreverentemente políglota, jajajaja
Irre: Rey es con mayúscula (por lo menos referido a Don Juan Carlos, y Mariano Zurdo no va a ser menos)
Besazos, Reina.
Esto es el colmo, primero me chuleas con la ortografía (si, sí, me chuleas, porque en tu blog hay una crítica implícita, ya que uno piensa inmediatamente en lo que hace habitualmente, para concluir que no para de dar patadas al castellano, y lo peor de todo es que me siento como un ratoncillo expuesto a dos estímulos igual de atractivos: La ortografía correcta (que en informática roza la 'misión imposible') y el uso práctico del lenguaje). Y luego me dices que soy lo peor... claro trabajando de corrector ya se puede dedicar tiempo al lenguaje, por desgracia yo no lo tengo en mis tareas habituales, y encima mientras escribo estas palabras me pregunto en cada una de ellas si será correcta, y estoy acojonado...
Estilografic, gracias mayúsculas.
Diego, nada majete, a relajarse (recuerda, unas buenas respiraciones y un par de ejercicios de tensión-relajación muscular) y a manejar la deseabilidad social como un auténtico experto. ¡Quién dijo acojone, pudiendo elegir disfrute!
No vayas Mariano, no vayas... que me gustas asi por favor no vayas!!!!!!!
MUAHHHHHHHHHHH!
Tiene usté razón, Don Mariano. Los acentos (o tildes, como se llaman ahora)se han de colocar dónde tienen que ir.
La verdad es que sí que hacen daño a la vista ciertas faltas de ortografía. Y opino como tú: no se deberían de permitir. Y más en medios de comunicación que son tan poderosos y basan su fuerza en la palabra. ¿Tienen que ir muy rápido? No es excusa. Que contraten redactores con el curso de filología. Y no a becarios que les pagan dos euros.
Habe ich etwas auf Deutsch gelesen? Oder war das nur ein Traum?
Ke biene a dezir hargo asín komorll
He leído algo en alemán? O era sólo/solo un sueño?
Das hast Du ganz richtig gelesen, Rodos. Toll, dass ich mit jemandem auf Deutsch sprechen kann!!
:)
jajaja. He entendido muy bien la primera parte pero he tenido que leerme dos veces la tercera frase para pillarla!!
Küssen
Volviendo a lo de los carteles y letreros, yo ví uno en los cercanías de Madrid que decía literalmente 'DISTRIBUYASE A LO LARGO DEL ANDEN', no es que tenga ninguna falta, pero todavía estoy pensando en como distribuirme por el andén.
Ainsssss, que bien me viene este post. He estado mil veces a punto de criticar en forma de entrada a quienes cometen todas esas faltas ortográficas. Ver un informativo conmigo es una condena (y sino preguntar a Boss) porque lo detecto casi todo. Y me subleva; me obsesiona. No puedo evitarlo y no soy correctora (ni siquiera sé muy bien qué hacen quienes lo son). Pocas veces me siento con autoridad para criticar algo, pero en esto creo que voy sobrada porque si yo, que no tengo absolutamente ningún estudio, puedo escribir de manera que los demás entiendan lo que quiero decir, ellos deberían estar obligados a hacerlo. Y no hablemos de las comas, que es algo que ya clama al cielo.
Belén, porque me lo pides tú y porque me lo pides así, que si no voy, XD
Iván, el caso de El País, hablo de él porque es el que conozco, aún es más grave. Directamente es que no hay correctores. No se le da valor a esa figura, y se deja en manos de otras personas la corrección, con los errores consiguientes y lógicos.
Irreverens y Rodros, (y viceversa), ¿qué chumino (véase/léase coño) os pasa en la boca? ¿Llamamos a monseñor Cañizares para que os haga un exorcismo?
Diego, alfabéticamente, distribúyete alfabéticamente, hombrepordios.
Vitruvia, el amor a expresarte y a leer es una licenciatura por lo menos, si no un doctorado.
Besitos/azos a todos y todas.
A ver, que me apuntes a la confabulación esa, que yo también soy una maniática de los acentos y las comas y los palabros.
Dile a Irreverens que ya me encargo yo de la parte catalana, y del pitinglis, que se va a enterar.
Le dejo el alemán a cualquier otro que tenga la boca llena de salchichas.
Que tienes más razón que un santo (Montse)
Besazos corasón
¡jajaja, es buenísimo lo que cuenta Diego, jajajaja!
Por cierto, siento haber escrito mal el nombre de Rodros en dos ocasiones.
Pero es que me pasa como con el 'iboprufeno' (que se comentó en su día en este mismo blog) y en lugar de Rodros, leo Rodos.
Ya estoy exorcizada, Zurdo; no llames a semejante impresentable, hombrepordios.
Escriptorum, déjame que consulte en las normas de estilo de mi blog si se puede decir "boca llena de salchichas"...
Irreverens, es que ibuprofeno lo toma Rodros e iboprufeno lo toma Rodos.
Y bien que lo siento, pero monseñor Cañizares está llegando...
Yo estoy totalmente en contra de las faltas de ortografía... Salvo en el móvil (que una es estudiante y no Rockefeller), no uso abreviaturas ni en el messenger ni en los apuntes.
Manías que tiene una... Si esto es así a los 19; cómo será dentro de unos años.
¿Recuerdas mi campaña a favor del punto y coma?
Besicos de limón
P.D.: Somos pocos, pero somos, al fin y al cabo.
Irre, pues yo estaba a punto de preguntarte si Rodros en alemán era Rodos XDDDDD
Cuando canija hablaba un poquito de alemán fíjate tu qué cosas.... es que tengo familia alemana y claro, de pequeña con mis primos alemanes ya se sabe... pura supervivencia XDDD
Me he partido de risa con lo de distribuyase por el arcén de Diego jajajajaja
Alize, recuerdo tu campaña como si fuera ayer. Yo he empezado a poner abreviaturas en el móvil hace bien poquito, y me cuesta. Ains...
Wen, Diego se tenía que distribuir por el andén y tú por el arcén. Ya dudo, ¿ahora por dónde me distribuyo yo? XDDD
Jope, Mariano, eso no se les hace a los amigos... ¡Distribúyete, ya!
XDD
Irreverens, en vez de distribuirme, con vuestro permiso, me voy a disolver, que es que eso siempre me hizo mucha gracia en las manis. ¡Disuélvanse! (y para eso nos caían una lluvia de hostias, para ayudar a la disolución).
Os aseguro que lo del andén es verídico, en realidad pasó hace años pero me impactó, claro que la propuesta de Mariano de que me distribuya alfabéticamente me resulta algo enigmática: ¿Tengo que ir repartiendo mi organismo por el andén según el orden alfabético de los nombres de mis partes (quiero decir miembros...osea organos, vaya lio)?
Diego, tu propuesta de desmembrarte no me disgusta, pero yo había pensado en algo más al estilo de las animadoras yankies. Algo así como: ¡dame una D, dame una I, dame una E, dame una G, dame una O!, ¡D-I-E-G-O!, distribuyéndote por el andén o por el arcén, como tú elijas. Quizás debí poner, distribución anarcoalfabética...
Me parto, nada como una buena ración de comments inspirados para alegrarme la tarde.
Irre, llámame como quieras pero... llámame!
La boca llena de salchichas?? Ejem, pasopalabra.
Y al cañete ese dile que aún le estoy esperando. Que le voy a exorcizar (o como cojones se diga) y va a quedar como los chorros del oro cantando el himno de Riego!!
Mariano, eres uno de los mejores retratistas de escaleras que conozco. No sólo eso, además escribes bien, lo que te privará de una vida regalada de escritor de "best-seller" , al modo de Julia Navarro, por ejemplo, pero te colocará en el pedestal de nuestra admiración.
PD: Qué sepas que acabo de insultar a Gallardón en tu nombre, por no arreglar el metro de la ciudad.
Rodros, que dice Cañete que vksdmfvpsinvsifnvisnv (no sé si es alemán o endemoniensis, tú sabrás).
Jovekovic, me pintas un panorama de lo más atractivo (y humilde-austero), y me encanta, XDDD
En mi nombre, y en los de mis compatriotas de vagón (a veces la patria se reduce a eso) te agradezco el ataque gallardoniano.
Fuuuuuu pues yo otra vez no sé si leerme tus comentarios, que luego no me acuerdo de que iba tu entrada. Creo que de escaleras, faltas ortográficas, y manías de leer mirar carteles…La verdad es que para quien vive de la escritura es una obligación. Un deber para los que tienen estudios y una deferencia para los demás…que somos también algunos. Yo escribo lo mejor que sé, intento no cometer faltas, pero tampoco es algo que me obsesione ni me preocupe en exceso, pues tan importante es el cómo, como el qué. De qué sirve escribir perfecto, sin una falta y que las palabras no digan nada...En fin, yo al contrario que muchos de ustedes siempre voy mirando y sin percatarme mucho de nada, soy muy despistada… Me has recordado a mi Ra con esa manía suya de que todo este en su orden y consonancia y yo que soy un desastre pues me “ jarto de reír”. Jarto= harto en andaluz Xddd.
Buen miércoles Mariano. Besicos.
Es la primera vez que te leo, y lo hago desde lejos, aunque las distancias virtuales no sean trascendentes. Para mi grata sorpresa descubro que no sólo tu, sino además tus lectores se deleitan con el buen uso del lenguaje, lo que no impide que cometamos errores, claro está. Una buena práctica, hacer el intento, aunque no sea nuestra herramienta de trabajo y a pesar de las prisas y las nuevas tecnologías. Por lo demás, una frase que tu mirada obstinada no hubiera pasado desapercibida, "el último que se vaya que apague la luz" escrita con sangre en las paredes del puerto de mi ciudad.
Gracias y saludos
Vaya clarividencia para escribir todo esto en tu siesta mañanera.
Me hace gracia leer esto hoy y ahora. Acabo de leer una de esas "instrucciones de uso" de un teléfono y ni te cuento cómo era la traducción, lo ininteligible y la muerte del castellano en su más sincera expresión. Qué te voy a contar que no sepas
Un abrazo
Pásame la dirección de correectores anónimo que necesito sesiones intensivas¡¡¡
besos
No estoy segura de saber interpretar esto debidamente:
Irre, llámame como quieras pero... llámame! (Rodros dixit.)
¡¡RODROOOOOOOOOOOOS!!
(¿Así?)
XDDD
Iria, claro, pero es que lo dices tú, que cuidas mucho el qué y el cómo. Así no vale, no vale, estás dopada...
Idea, es una gozada que vengan a este blog personas de todas partes del mundo. Enriquecen la manera de ver las cosas.
Y por cierto, magnífica frase.
Raquel, ¡menudo tema para el detate!, las traducciones de los manuales de uso de los aparatos electrodomésticos... ¡Gensanta!
Mujer con piernas, estoy en ello, que son anónimos y esquivos y no doy con la dirección. ¡Cachis!
Irreverens, Rodros no sé si se ha enterado, pero a mí me has despertado. ¡Gracias!
Jejejeje
Con eso me basta, Irre. Gracias.
Y a los demás, a ver que nos depara el día de hoy. Abrazos a gogó!!
A mí lo que no me deja dormir es el sino y el si no.
Soy muy tonto y me cuesta entenderlo, qué quieres que te diga.
Clandestino, es tu sino, qué se le va a hacer...
aquí otra que te entiende. me ponen de los nervios esas cosas y no comprendo que un periódico como el país no tenga más cuidado!
Desesperada, la desesperanza grupal alivia un poco, XDDD
¿Tanta averia tienen las dichosas escaleras?
Deben ser para el AVE de BCN...
;-)
Besos Carmesies!
Luna carmesí, ¡totalmente confirmado! Llego ahora a casa y siguen estropeadas, grrrrrrr.
Aaaaaahhh (léase como grito), que sólo (solo) era un sueño... :)
Un abrazo
P.D.: lo del cartel ha estado muy bien
Adr, pues días después rectifico y de sueño nada, que acabo de ver el cartelito hace media hora más o menos. Sigue el cartelito. Sigue sin funcionar la escalera. Grrrrr
Hijo mío... a hacer ejercicio, no queda otra. Qué me vas a contar a mí :)
Yo también me rayo (o se dice rallo) con el tema de la ortografía. Si no fuera por los correctores... pero claro, ¿cuándo se usa sólo o solo? este es uno de mis principales dilemas. Otro es cuando poner mas o más. Seguro que ambos lo uso mal continuamente. Qué le vamos hacer...
Pluskys, si es que las comas son agentes secretos del comando antiortográfico (amigas de la h, por cierto).
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