El exiguo pelotón de fusilamiento está listo frente
a un paredón demasiado grande para tan pocos condenados.
¡Apunten!, ordena el sargento.
Antes del ¡disparen!, un soldado, el más inexperto,
y varios condenados caen al suelo muertos de miedo.
El soldado más avezado, al ver al panoli de su
compañero, cae al suelo muerto de risa.
El sargento no soporta la falta de profesionalidad
de sus subordinados y cae al suelo muerto de vergüenza.
Cuatro condenados, tras horas de dura espera, caen
al suelo muertos de cansancio.
Sin sargento cunde la desorganización y ante la
inacción un cuarto soldado cae al suelo muerto de aburrimiento.
Un par de muertos de frío y tres de hambre caen al
suelo entre la fila de condenados.
No sé sabe qué pasó con los supervivientes, porque
esta insignificante historia de la guerra murió en el olvido.
7 comentarios:
Te tiras tres meses sin aparecer por aquí y cuando llegas te pones a fusilar, amigo. De todas maneras es un buen micro,con olvidos históricos,hambre y miedo.
Un abrazo
Es un cuento ¿verdad, Zurdo?
...
Lo sabía.
Ya nadie se muere de vergüenza.
Pues yo he de decir que me parece un micro estupendo, con esa matriz de rasgos alógicos e insólitos. He disfrutado con su progresión del absurdo y me quedo pensando en eso, en lo fácil que resulta morirse.
Un saludo,
Me encanta el título. Siempre os he envidiado a ti y a Clandes por vuestras elecciones en los títulos. Bueno, y por más cosas. Lo cierto es que os odio, por vuestro talento. Y como dijo el Señor Lobo...
Todo un Expediente X como diría yo.
Saludos zurdos.
Jope, Mariano... el título es genial, y el relato ni te cuento. Esa sucesión de muertes tan fusilánime es una maravilla de trabajo, porque se nota que lleva un buen trabajo detrás.
Lo bordaste
Abrazos
No conocía tu faceta de autor, pero discuto el calificativo de "aprendiz", salvo para indicar que en esa misma situación nos hallamos casi todos. Buen relato y mejor título.
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