-Suenan campanas de boda.
-En realidad están llamando a muertos, replica él.
-Hiciste la misma broma el día que nos casamos, contesta ella fingiendo estar malhumorada.
Él se levanta y la abraza con ternura.
-Ya sabes cómo soy, se excusa con un mohín cómico.
Le da un beso en la frente y le acaricia su pelo cano en un gesto de despedida que ella es incapaz de interpretar.
6 comentarios:
Un escritor, un editor y un don nadie están, a altas horas de la noche, en un país lejano, muy lejano, como en los antiguos cuentos, delante de la puerta de un hotel. No saben entrar. A lo lejos se oye una carcajada de Kafka que ellos no saben interpretar. Tienen suerte, al fin y al cabo; una mujer anda suelta por ahí. Toca un botón y sale una llave, y no precisamente de los sueños, sino simplemente para ir a dormir. Al día siguiente el don nadie tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto. El escritor vio la luz al final del túnel, y, el editor reía y reía derramando lágrimas de tinta azul.
Ya me contarás,amigo,vuestro nuevo periplo literario.
Un fuerte abrazo.
Machuca, y espero que en parte de ese periplo estés tú.
Qué gran momento aquel... jajajaja
Abrazos zurdos
Aparte de utilizar la zurda para escribir, tambien compartimos las ganas de escribir. Ha sido un placer encontrar tu blog y creo que me quedaré zurdeando, si no te importa, un saludo desde Tenerife y te dejo enlace de mi blog por si quierers zurdear por él.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Me gusta este micro, parece una pequeña pieza teatral.
Abracico zurdo
Bueno, he hecho un pequeñísimo cambio en el micro que espero que ayude a entenderlo un poco más, porque parece que me pasé de breve...
Igual ahora lo que hace es casarse con la muerte... quién sabe!
Besicos
Publicar un comentario