-Por cierto, ¿hoy es domingo?
Y su pregunta cayó en el vacío más absoluto. Era la primera frase que se escuchaba en aquella casa en días. Siempre fue parco en palabras, pero a sus ochenta años ya no tenía casi nada que decir. Se levantó del sofá y fue a consultar el calendario de “Carnicerías Ramírez” que se mantenía sujeto en los azulejos grasientos de la cocina. Volvió al salón:
-Sí, es domingo.
Pasó por encima del cadáver de su esposa camino del recibidor. Se puso el abrigo, la bufanda y salió a la calle. Por fin podría confesarse y llevarse algo a la boca, porque llevaba días sin probar bocado.
20 comentarios:
Decirte que me ha gustado mucho.
Sigue con ello señor escritor.
buen final.
Besitos
Me encantan los micros porque cada uno imagina una situación diferente.
Un abrazo.
Joder, qué bueno, Mariano.
Impresionante Mariano, me parece de muy buen humor negro este microrelato.
Un Abrazo
Me remito al comentario de jairo F.Quindós.
¡Estupendo!
Saludos,
Paula
Me encantó, que bueno este micro relato a esta hora, seguiré leyendo todo lo demás.
Un beso multicolor
Iris
Confiesa que sólo escribes para ligar de una maldita vez.
Me ha encantado, pero me ha parecido terrible.
Un abrazo.
jo, qué barbaridad!
Gracias!
Kuss
(Pero,no te dejes arrastrar por el hiperbreve, tus novelas son lo primero, sí?
Buen micro, aunque creo que en ese concurso de relatos en cadena, escogen textos algo menos "macabros"...
Un saludo indio
Qué bien, que excusa más buena para salir a pasear...
Besicos
He soltado la carcajada. Qué bueno, Zurdo!
Besos de los de a diestro y siniestro.
Si es que después de todo va ha hacer falta que haya más curas, pa que confiesen en lunes también, digo. ;-)
Un besote.
Lo de los microrelatos es lo más difícil del mundo mundial !
Hoy es viernes, llueve
como de costumbre, últimamente,
estoy cansado y te dejo
saludos zurdos, como siempre.
¡Joé, qué gore!
:D
Pero, un momento: ¿quizá quería vender a su mujer en pedacitos a "Carnicerías Ramírez"?
(pero no sin el estómago lleno)
jajjajajja...
Un besito.
Ja, ja, ... estupendo.
Demoledor, Mariano.
Ya tengo en mis manos tu novela "La tinta azul de la memoria" A ver si la voy leyendo. Me la trajo mi amigo Miguel que estuvo en tu librería hace unas semanas.
Saludos desde Málaga
Estupendo y revelador.
Yo suprimiría, por innecesaria, la frase "de “Carnicerías Ramírez” que se mantenía sujeto en los azulejos grasientos de la cocina".
El último párrafo, magistral.
Enhorabuena
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